Tras el rastro de Enrique Tábara

Pies con zapatos o sin ellos, todos en diferentes contextos. La serie se llamó Pata-Pata y es por hoy una de las señales más identificables de la obra del gran pintor y dibujante ecuatoriano Luis Enrique Tábara Zerna (1930-2021), maestro del arte moderno latinoamericano. La leyenda cuenta que estando en Nueva York rompió en pedazos una de sus obras. Las piernas quedaron ante su vista y ahí sintió que tenía algo que había buscado.
Algo similar le ocurrió durante su estancia en Europa. Influenciado por una buena cantidad de amigos, Tábara participó en hitos históricos, como el Homenaje al Surrealismo en Francia organizado por André Breton en 1959, donde representó al Pabellón Español, compartiendo espacio con grandes figuras como Salvador Dalí, Eugenio Granell y Joan Miró. En esa época fue asiduo también de Tápies, Canogar, Millares y Torres García.
Eduardo Lalo Tábara, hijo del maestro Enrique Tábara.
Las historias europeas, de las que no se conocen todo, están siendo actualmente rescatadas, en especial el vínculo de Tábara con el Informalismo Español, tiempo en el que desarrolló un constructivismo geométrico, cuenta a Ñ, desde Ecuador, su hijo Eduardo Lalo Tábara, una de las cabezas visibles de la Asociación de Legados de la Modernidad Americana (ALMA). Es una red de representantes, herederos e investigadores de legados artísticos con el propósito de preservar, difundir y revalorizar la memoria de los creadores fundamentales de la identidad cultural de América Latina.
Cuando Enrique Tábara murió, a los 90 años, había transitado por diferentes estilos y movimientos, siempre lejos de las tiranías comerciales. Marta Traba calificó a Tábara como una especie de medium que repite palabras, gestos y el “idioma indescifrable” de una raza a través de una “sensibilidad emocionada”. Sus personajes marginales, carboneros, prostitutas, árboles y selvas de las que cuelgan como frutos sus famosos pies, los insectos y hasta los signos esotéricos, su serie de pinturas de caligrafía repetida, relacionadas con su interpretación de decoraciones precolombinas, no se parecen a nada visto antes.
Éxodo indígena, 1967. Colección Ama Museum.
Por la creciente demanda de las obras de Tábara en el mercado internacional, para evitar robos y falsificaciones y mantener la integridad de su legado, su hijo señala que desde 2025 la certificación oficial de las obras de su padre está a cargo de la Galería Estudio Tábara e incluye un código QR vinculado al Archivo de la Fundación Enrique Tábara. Valia Garzón Art Services, compañía estadounidense de servicios de investigación de provenance, es la única autorizada para darle seguimiento al historial completo de las obras del maestro ecuatoriano, de la que existe una gran cantidad de obra que nunca antes ha sido exhibida al público.
Clarin