Por qué España afronta una ardua batalla para cortar lazos militares con Israel

Los expertos afirman que el intento de España de cortar lazos militares con Israel por la devastadora guerra en Gaza se enfrentará a obstáculos formidables a medida que se incorpora tecnología israelí de vanguardia a las fuerzas armadas.
El primer ministro socialista, Pedro Sánchez, anunció a principios de este mes un paquete de medidas destinadas a detener lo que llamó "el genocidio en Gaza", incluido un embargo de armas.
El gobierno izquierdista dijo que ya había dejado de comprar o vender armas a Israel desde el estallido de la guerra, provocada por un ataque sin precedentes de Hamas en suelo israelí el 7 de octubre de 2023.
Pero Sánchez, uno de los críticos más virulentos de la ofensiva de Israel, dijo que la nueva medida "consolidaría en ley" el embargo.
Está previsto que el gabinete apruebe el martes un decreto que detalla los términos del embargo.
El gobierno izquierdista ya ha rescindido un contrato por valor de casi 700 millones de euros (825 millones de dólares) para lanzacohetes de diseño israelí.
También se ha formalizado la cancelación de un acuerdo valorado en 287 millones de euros para la adquisición de 168 lanzadores de misiles antitanque que iban a ser fabricados bajo licencia por una empresa israelí.
Búsqueda de “autonomía estratégica”
Pero cortar todos los vínculos con el equipo militar israelí es más fácil de decir que de hacer.
Los medios de comunicación españoles han descubierto recientemente una amplia gama de equipos militares que dependen de tecnología israelí, incluyendo municiones, radios para tanques de combate, vehículos blindados y lanzadores de misiles.
El diario El País informó que la vieja flota de aviones de combate F-5 de diseño estadounidense de la Fuerza Aérea, utilizados para entrenar a los pilotos, fueron "modernizados" -especialmente en sus sistemas electrónicos- y mantenidos por Industrias Aeroespaciales de Israel.
David Khalfa, investigador de la Fundación Jean Jaurès, con sede en París, identificó "un dilema entre las necesidades militares vinculadas a la amenaza rusa... y un enfoque más político, vinculado a la situación en Gaza".
"La ventaja de los israelíes es que estas tecnologías se prueban sobre el terreno", en particular la última generación de defensas antimisiles, añadió Khalfa, quien también es copresidente del grupo de expertos Atlantic Middle East Forum.
"Hay pocos países capaces de proteger su espacio aéreo", declaró a la AFP, señalando la "inquietud" europea tras las recientes violaciones rusas del espacio aéreo de la OTAN en Polonia y Estonia.
Otro escollo que enfrenta la nueva ley es el plazo para reemplazar los equipos que aún no se han entregado y cuyos contratos ya han sido rescindidos.
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"No hay tecnologías españolas disponibles para sustituirlas. Tendremos que desarrollarlas, invertir en investigación y desarrollo para cubrir esa carencia", afirmó Félix Arteaga, especialista en defensa del Real Instituto Elcano de Madrid.
Arteaga advirtió que si la tecnología sustitutiva fuera estadounidense, España simplemente estaría intercambiando una dependencia por otra sin lograr "autonomía estratégica".
'Tema delicado'
La ley será difícil de elaborar y debe evitar cualquier "vacío legal" que permita a la oposición conservadora dar marcha atrás si llega al poder, añadió Arteaga.
El decreto debe "satisfacer" a las otras partes y "dar tiempo para que los contratos con Israel que se mantienen puedan ejecutarse", explicó a la AFP.
Este fue especialmente el caso de los aviones F-5, que deben permanecer disponibles hasta que lleguen los reemplazos turcos, dijo.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha declarado ante el Parlamento que la industria española estaba llenando el vacío dejado por la tecnología israelí desechada.
Reconoció que "quedaron algunos cabos sueltos desde el punto de vista tecnológico", pero que las lagunas se resolvieron "a finales de julio".
"El tema es delicado", dijo a AFP una fuente militar española, añadiendo que "una cosa es la intención radical de cortar (el comercio de defensa) y otra la realidad".
"Estas decisiones tienen repercusiones", añadió la fuente, aunque reconoció que los militares estaban "en medio de una revolución".
El Ministerio de Defensa se negó a explicar qué equipos se verían afectados por el nuevo decreto.
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