Baltimore, la capital de las sobredosis en EE. UU., en camino a la recuperación

Con una bolsa llena de naloxona, un fármaco que revierte rápidamente los efectos de una sobredosis de opioides, Adam Trionfo camina por las calles adoquinadas de Baltimore, una de las ciudades portuarias más antiguas de Estados Unidos.
Este hombre, de unos cuarenta años, y el pequeño equipo que lo acompaña recorren barrios considerados “puntos calientes” del narcotráfico para distribuir el valioso antídoto, vendido bajo el nombre comercial de Narcan.
Este aerosol nasal fácil de usar se ha convertido en una herramienta clave en la lucha contra la devastadora crisis de opioides en Estados Unidos, que se ha cobrado 750.000 vidas entre finales de la década de 1990 y 2022.
“Solo en la última semana, hemos distribuido 200 kits de Narcan”, dijo a la AFP Trionfo, quien supervisa un programa de asistencia a las adicciones en la sucursal local de la organización benéfica Catholic Charities.
En el camino, el grupo, que también proporciona alimentos y productos de higiene, encuentra a un hombre tirado en un montón de basura debajo de una escalera. Le entregan una lata de Narcan y un folleto sobre su organización.
El hombre recoge la caja con una mano mientras esconde torpemente una jeringa detrás de su espalda.
El último kit de Narcan va a otro hombre, cuyas piernas están cubiertas de cicatrices marrones, que espera cerca de un edificio en ruinas.
Escenas como ésta no son raras en esta ciudad situada a unos 50 kilómetros de Washington y conocida por su criminalidad endémica.
Baltimore fue escenario de la exitosa serie de televisión “The Wire” a principios de la década de 2000, que retrataba el narcotráfico desde diversos ángulos.
El año pasado, el New York Times calificó a la ciudad portuaria de la Costa Este como la “capital de las sobredosis de Estados Unidos”.
Entre 2018 y 2022, la tasa de mortalidad relacionada con las drogas fue casi el doble que en cualquier otra gran ciudad estadounidense. El principal culpable: el fentanilo.
Pero desde el punto más alto de la crisis de los opioides en 2021, las perspectivas han mejorado en gran parte del país, incluida Baltimore.
El número de sobredosis mortales en la ciudad cayó un 35% el año pasado, de 1.043 en 2023 a 680.
Las políticas municipales proactivas, junto con el trabajo preventivo realizado por Caridades Católicas, han ayudado a combatir el problema.
“Hemos realizado enormes esfuerzos en toda la ciudad para que la gente acceda al tratamiento y también para distribuir naloxona”, afirma Michael Fingerhood, jefe de medicina de adicciones en el Centro Médico Johns Hopkins Bayview.
Narcan, que se ha distribuido ampliamente durante aproximadamente una década, ha funcionado como un “extintor de incendios”, según Fingerhood.
En Baltimore, la droga ahora se puede encontrar en todas partes: en farmacias, en máquinas expendedoras e incluso en bibliotecas públicas.
La disminución del número de sobredosis en Baltimore también está vinculada a un cambio observado en los últimos años en la composición de los medicamentos.
“El medicamento suministrado contiene fentanilo menos potente y aditivos que tienen menos probabilidades de causar una sobredosis”, explica Fingerhood.
La conciencia de los riesgos asociados con este potente opioide sintético también ha aumentado entre los usuarios, lo que los lleva a ser más "cautelosos", señala Bakari Atiba, quien trabaja en Charm City Care Connection.
La organización sin fines de lucro brinda servicios contra la adicción en Baltimore, conocida como Charm City, y recientemente recibió fondos de demandas en toda la ciudad contra fabricantes y distribuidores de opioides.
Para Atiba, esto es algo que permite mirar el futuro con “optimismo”.
"No digo que la gente vaya a dejar de consumir drogas", enfatiza. "Ese ni siquiera es nuestro objetivo".
“Se trata de encontrar a las personas que lo usan, asegurarnos de que estén seguras, apoyadas y tengan posibles vías de recuperación si así lo desean”, resume Atiba.
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