Pequeño pueblo costero considerado el mejor sin atracciones ni salas de juego

Un tranquilo escape a la costa con casas de colores pastel, mariscos frescos y un pasado legendario ha sido coronado como el mejor destino costero del Reino Unido y no cuenta con una sola sala de juegos ni una atracción de feria.
Aldeburgh , en Suffolk, encabeza la lista de The Times de los mejores destinos costeros de Gran Bretaña, desbancando a pueblos turísticos más conocidos, famosos por sus animados muelles, atracciones de feria y luces intermitentes. En cambio, Aldeburgh ofrece a los visitantes un refugio más apacible y nostálgico, donde la banda sonora son gaviotas y olas, no máquinas tragamonedas y autos de choque .
Aldeburgh, conocida por su galardonada playa de guijarros, ha recibido numerosos galardones nacionales, incluido el codiciado estatus de Bandera Azul, que reconoce altos estándares medioambientales y de calidad.
En lugar de llamativos quioscos, la costa está salpicada de tradicionales cabañas de pescadores, donde los visitantes pueden comprar pescado recién capturado directamente de la red.
El Times elogió el ambiente de la ciudad, describiéndola como la encarnación del encanto de East Anglia, una ciudad que recuerda a un viaje en el tiempo. Hileras de casas georgianas y victorianas pintadas en tonos pastel bordean el paseo marítimo, y la calle principal alberga tiendas independientes, galerías de arte y acogedores salones de té.
Para aquellos que buscan cultura, Aldeburgh también está impregnado de patrimonio artístico, famoso por su vínculo con el compositor Benjamin Britten y por ser sede del Festival de Aldeburgh, de renombre internacional.
El carácter virgen del pueblo lo distingue de otros lugares costeros británicos favoritos. No hay luces de neón, ni atracciones de feria, ni coros de jingles de arcade que compiten entre sí: solo un remanso de paz, digno de una postal, de la costa de Suffolk.
Los lugareños y los visitantes que regresan a menudo señalan que esta falta de comercialización es precisamente lo que hace que Aldeburgh sea especial.
“Vienes aquí por la brisa marina, los mariscos y la sensación de retroceder en el tiempo”, dijo un residente de larga data. “No se trata de luces destellantes, se trata de bajar el ritmo”.
Con su combinación de belleza natural, historia y tranquilidad, el último galardón de Aldeburgh puede tentar a más viajeros a cambiar el bullicio de las playas más concurridas de Gran Bretaña por un tipo de magia costera más tranquila, que se disfruta mejor con un helado en la mano, un pescado fresco para la cena y un paseo por la grava al atardecer.
Daily Express