Inversión extranjera vs. crecimiento local

Portugal se ha consolidado como una potencia emergente en la economía digital europea. Con una mano de obra cualificada, costes competitivos y una atractiva calidad de vida y seguridad, el país ha atraído una oleada de inversión extranjera directa (IED), especialmente en el sector de las tecnologías de la información (TI). Empresas internacionales han establecido Centros de Servicios Empresariales (CSE) o adquirido varias empresas portuguesas, transformando el panorama local.
Si bien esta afluencia de capital extranjero aporta beneficios innegables en términos de empleo, presencia internacional y resiliencia económica, también plantea importantes interrogantes. ¿Estamos haciendo lo suficiente para impulsar el crecimiento de las empresas locales, de propiedad y gestión portuguesa? ¿Y cuáles son las implicaciones a largo plazo de convertirse en un centro de operaciones extranjeras sin mantener el poder de decisión ni reinvertir los beneficios económicos en la economía nacional?
Este artículo explora el equilibrio necesario entre acoger la IED y fomentar el crecimiento de las empresas portuguesas en el sector de software y servicios de TI.
El éxito de la IED en Portugal
Durante la última década, Portugal se ha convertido en un destino privilegiado para las operaciones internacionales de TI. Se estima que el país cuenta actualmente con más de 100.000 profesionales del desarrollo de software. Además de la constante adquisición de empresas portuguesas por parte de homólogos extranjeros o fondos de inversión, Lisboa y Oporto se han convertido en centros para empresas globales que buscan establecer BSC en geografías competitivas.
Este crecimiento ha sido impulsado sin duda por la diversidad lingüística de la fuerza laboral de Portugal, las instituciones académicas de alta calidad, la competitividad económica de nuestros salarios, los excelentes esfuerzos de reclutamiento de AICEP y el aumento de la fuerza laboral calificada a través de la inmigración.
Según el informe Centros de Servicios Empresariales en Portugal 2025 de IDC y AICEP, en Portugal trabajan alrededor de 100.000 personas en CSE, estando presentes funciones de TI y desarrollo de software en aproximadamente ¾ de estos centros.
La reputación de Portugal como destino de nearshoring también se ha consolidado, y los centros de servicios exportan la gran mayoría de sus servicios (normalmente a clientes nacionales).
Además de estos nuevos BSCs, cabe destacar que las grandes consultoras internacionales (tecnológicas) con presencia previa en Portugal han reorientado de alguna manera sus actividades locales para posicionarse como BSCs intragrupo en lugar de centrarse únicamente en explorar oportunidades en el mercado portugués.
Beneficios de la IED: exposición al talento y la integración económica
La Inversión Extranjera Directa ha aportado importantes beneficios al sector de las TI (y más allá) en Portugal, en particular al permitir a los profesionales portugueses acceder a entornos laborales internacionales, metodologías avanzadas y tecnologías de vanguardia. Al incorporarse a organizaciones globales, el talento local tiene acceso a mejores oportunidades de desarrollo profesional, colaboración transfronteriza y proyectos de una complejidad y escala que serían inalcanzables si se centraran únicamente en proyectos para el pequeño mercado nacional.
Además, estas empresas exportan gran parte de sus servicios, contribuyendo positivamente a la balanza comercial del país y fortaleciendo su integración a la economía digital global.
La IED también ha impulsado la demanda de competencias especializadas, animando a universidades e instituciones de formación a alinear sus programas con los estándares internacionales. Esto, a su vez, mejora la calidad y la preparación de la mano de obra portuguesa.
Los riesgos: erosión de la propiedad local y de la autonomía estratégica
A pesar de los claros beneficios, el predominio de entidades extranjeras plantea riesgos para la sostenibilidad a largo plazo del ecosistema de TI de Portugal. A medida que empresas internacionales adquieren firmas portuguesas como PHC, Primavera, Vision-box, SISCOG, Noesis, Bold, BI4All, Link y muchas otras, el número de empresas relevantes de propiedad y gestión local continúa disminuyendo.
Este fenómeno tiene varias implicaciones. En primer lugar, el poder de decisión se concentra cada vez más fuera de Portugal. Las filiales locales suelen funcionar como centros técnicos, mientras que las funciones estratégicas y comerciales se gestionan desde el extranjero. Esto limita la capacidad de los profesionales portugueses para influir en la dirección del negocio y reduce la reinversión de beneficios en la economía nacional, además de debilitar la capacidad del país para desarrollar empresas competitivas y con arraigo local.
Finalmente, la ausencia de empresas locales sólidas reduce la diversidad y la resiliencia del mercado y hace que las pocas empresas resilientes sean menos atractivas para los profesionales del sector, quienes tenderán a preferir empresas extranjeras o simplemente trabajarán a distancia para empresas sin presencia física en Portugal. Un ecosistema saludable requiere una combinación de empresas extranjeras y nacionales, cada una de las cuales contribuye a la innovación, el empleo y el crecimiento económico.
Por qué es importante apoyar el crecimiento local
Apoyar el crecimiento de las empresas de TI de propiedad portuguesa no es solo una cuestión de orgullo nacional; es una necesidad estratégica. Las empresas locales tienen mayor probabilidad de reinvertir sus beneficios en el país, mantener centros de decisión y retener a sus empleados en Portugal, y establecer relaciones duraderas con las instituciones y comunidades locales.
Además, desempeñan un papel crucial en el fomento de la innovación. Las startups y las empresas en crecimiento suelen explorar nichos de mercado, desarrollar tecnologías emergentes e innovar en modelos de negocio. Su agilidad y proximidad a las necesidades locales las hacen valiosas en la transformación digital de la sociedad portuguesa.
Países como Israel ofrecen un ejemplo inspirador. A pesar de su pequeño tamaño, Israel ha cultivado un ecosistema tecnológico dinámico, con una sólida propiedad local, alcance global y una cultura emprendedora. El apoyo gubernamental, el acceso al capital de riesgo y las estrechas conexiones entre el mundo académico y la industria han permitido a las empresas israelíes crecer internacionalmente, manteniendo al mismo tiempo el valor generado en el país.
No es de sorprender que Israel sea conocido como una nación de startups, en la que su sector tecnológico representa alrededor del 18% del PIB y el 50% de las exportaciones, lo que contribuye al enorme avance tecnológico de Israel y a la consiguiente creación de valor económico.
Portugal puede aprender de este modelo creando un entorno más favorable para el crecimiento de las empresas locales de TI.
Recomendaciones de política: Encontrar el equilibrio adecuado
Para garantizar un ecosistema de TI equilibrado y sostenible, Portugal debe adoptar una doble estrategia: seguir atrayendo inversión extranjera directa (IED) de alta calidad y, al mismo tiempo, apoyar activamente el desarrollo de las empresas locales. Algunas recomendaciones incluyen:
Acceso al capital: ampliar los programas de financiamiento de riesgo, la inversión inicial y las asociaciones público-privadas para ayudar a las empresas emergentes a crecer.
Incentivos fiscales y a la I+D: reforzar los beneficios fiscales y las subvenciones a la investigación para las empresas locales que inviertan en innovación e internacionalización.
Desarrollo del talento: promover el crecimiento profesional dentro de las empresas portuguesas a través de programas de formación, mentoría y liderazgo.
Centros de Innovación: Fortalecer clusters tecnológicos e incubadoras que conecten startups, universidades y empresas.
Apoyo a las exportaciones: ayudar a las empresas locales a ingresar a mercados extranjeros a través de misiones comerciales, iniciativas de marca y asociaciones con entidades internacionales.
Abrir las entidades públicas a la innovación local: animar a los organismos públicos a probar, apoyar y promover los servicios y soluciones desarrollados por empresas portuguesas, respetando naturalmente las normas nacionales y europeas sobre contratación pública.
Aprovechar la innovación del sector de defensa para impulsar el crecimiento tecnológico civil: fomentar la colaboración estructurada entre el sector de defensa (que debe fortalecerse significativamente en los próximos años) y el ecosistema tecnológico civil, promoviendo la transferencia de la tecnología desarrollada en proyectos de investigación militar a aplicaciones comerciales. Esto podría incluir la creación de laboratorios de innovación dentro de las Fuerzas Armadas, el apoyo a la creación de empresas derivadas y el fomento de la colaboración entre equipos de I+D militares y startups.
Fomento de la colaboración entre empresas portuguesas: creación de un entorno propicio para la cooperación entre empresas portuguesas en la búsqueda de proyectos y oportunidades internacionales. Esta colaboración puede materializarse mediante asociaciones, consorcios, empresas conjuntas o fusiones y adquisiciones, lo que les permite ganar escala y competir con operadores externos, que suelen ser de mayor tamaño.
Estas medidas pueden ayudar a Portugal a conservar más valor de su economía digital, empoderar a los empresarios locales y construir un sector de TI resistente y preparado para el futuro.
Conclusión
El reciente éxito de Portugal en la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED) es un testimonio de su talento, infraestructura y apertura al mundo. Sin embargo, para garantizar la prosperidad a largo plazo y la autonomía estratégica, el país también debe invertir en su propia capacidad de innovación, liderazgo y crecimiento. Mediante el apoyo a empresas de propiedad y gestión portuguesa (TI), junto con la inversión extranjera, Portugal puede construir un ecosistema equilibrado y dinámico donde coexistan oportunidades, creación de valor y autonomía estratégica.
observador