Una dieta tradicional japonesa puede proteger contra la depresión posparto.

Investigadores de la Universidad de Kioto han descubierto que la alimentación de las mujeres después del parto puede influir en su bienestar mental. Un análisis de más de 300 madres primerizas demostró que los alimentos tradicionales japoneses, como los alimentos fermentados, la soja, los hongos y las algas, favorecían una flora intestinal más sana y un menor riesgo de síntomas depresivos. Los resultados se publicaron en PNAS Nexus.
El posparto supone un gran reto para el cuerpo y la psique de la mujer. Se estima que hasta un 14 % de las madres, incluso aquellas que gozan de buena salud, experimentan síntomas depresivos graves. La relación entre la microbiota intestinal y el estado de ánimo se ha estudiado durante años en países occidentales, pero en Japón, el tema ha permanecido poco comprendido, en parte debido a las barreras culturales para buscar ayuda psiquiátrica.
“Nuestro estudio tuvo como objetivo comprender mejor cómo la microbiota intestinal, la condición física y los hábitos alimentarios se asocian con el estado de ánimo de las madres, incluso cuando no tienen un diagnóstico clínico”, explica Michiko Matsunaga , primera autora del artículo.
El proyecto involucró a 344 mujeres de todo Japón con hijos pequeños. Los investigadores evaluaron su salud mental y física, así como sus hábitos alimenticios, y analizaron muestras de heces para determinar la composición de su microbiota intestinal.
Descubrieron que una mayor diversidad del microbioma y un predominio de bacterias productoras de butirato se asociaban con un aumento de los síntomas depresivos. Por otro lado, una dieta rica en alimentos fermentados, soja, hongos y algas —ingredientes comunes en la cocina japonesa— promovía un mejor ambiente intestinal y un menor riesgo de depresión.
Ver también:Los investigadores asumieron que los mejores resultados se obtendrían con un "modelo occidental de dieta saludable", es decir, una ingesta equilibrada de verduras, pescado y carne. Sin embargo, fue la cocina tradicional japonesa la que demostró un mayor efecto protector.
“Estos resultados refuerzan nuestra apreciación de la riqueza de la cultura gastronómica tradicional japonesa y sus posibles beneficios para la salud mental”, destaca la profesora Masako Myowa, quien dirigió el equipo.
Los hallazgos científicos contribuyen a un creciente corpus de investigación sobre el eje intestino-cerebro y el papel de la dieta en la regulación del estado de ánimo. También podrían servir como punto de partida para el desarrollo de métodos no farmacológicos que favorezcan la salud mental de las mujeres en el posparto.
Sin embargo, los autores enfatizan que se necesita más investigación. Los datos dietéticos se basaron en encuestas, que siempre conllevan el riesgo de sesgo de memoria, y la naturaleza del estudio en sí no permite concluir que la dieta previene directamente la depresión. Por lo tanto, el siguiente paso serán las intervenciones dietéticas para determinar si cambiar la dieta realmente mejora el bienestar mental y la microbiota intestinal.
“Es fascinante que una perspectiva tan integrada pueda ayudarnos a comprender mejor las emociones y desarrollar nuevos enfoques holísticos para apoyar la salud mental”, concluye Matsunaga.
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