Steve Jobs se compraba cada seis meses el mismo coche por esta curiosa razón: el secreto estaba en la matrícula

Dentro del mundo de la tecnología, Steve Jobs ha sido uno de los referentes a seguir dentro de la industria. Y es que su forma de ser y sus ideas han llevado a Apple, la empresa que fundó, a lo más alto, ya que siguen siendo los líderes y referencia del dispositivo más importante de nuestras vidas, los teléfonos móviles.
Gracias a él (y por supuesto a todo el equipo que le rodeaba), la compañía de la manzana es una de las grandes tecnológicas de nuestros tiempos, y todo ello ha provocado que todo lo que hacía Jobs sea estudiado y analizado.
Con el tiempo hemos ido descubriendo aspectos oscuros del magnate, como que no eran tan agradable con sus trabajadores como muchos pensaban, y otros "secretos" y costumbres más. Y, por ejemplo, hace poco ha surgido una historia alrededor de un curioso hábito que tenía este en lo que se refería a los coches.
Gracias a su fortuna, Steve Jobs podía comprarse los coches que quisiese, y entre todos los que coleccionó durante los años, llama la atención la especial relación que tenía con un modelo en concreto, un Mercedes Benz Clase SL55 AMG. Este modelo rondaba los 120.000 euros, que para Jobs podía no significar tanto, sin embargo, lo curioso es que cambiaba este coche cada seis meses para comprarse el mismo modelo exactamente.
Dos coches al año, no era cuestión de que se aburriera de él, ya que se volvía a comprar el mismo, sino que había una interesante razón para ello, y el secreto estaba en la matrícula.
Hecha la ley hecha la trampaSobre todo para las personas ricas, el dicho de hecha la ley, hecha la trampa viene muy bien, y este es un claro ejemplo de ello. Lo cierto es que hay que remontarse a los años 90 a una antigua ley del estado de California (EEUU) que permitía que los vehículos nuevos circularan por la vía pública durante seis meses sin matrícula.
Esto hizo que el fundador de Apple decidiera cambiar de coche cada seis meses, para así no matricularlo. Esto no era una cosa de ahorrarse el proceso de matriculación ni nada por el estilo, sino una forma para garantizar su privacidad y que la gente no supiera que ese era su coche, del mismo modo que nadie pudiera ver en los registros su nombre en documentos referidos al vehículo.
Durante muchos años, Jobs cambió de coche cada seis meses, e incluso llegó a tener un acuerdo con el concesionario para que automáticamente cada seis meses le entregasen un nuevo Mercedes, igual que el anterior, pero con el detalle de que no tenía que matricularse.
eleconomista