Las exportaciones de cosméticos impulsan el crecimiento: superarán los 9.400 millones de euros (+10%) en 2026. El acuerdo arancelario entre EE. UU. y la UE pesa mucho.

Los cosméticos italianos son cada vez más populares en el extranjero: según las previsiones de la asociación comercial Cosmetica Italia, en 2026, las ventas transfronterizas de maquillaje, cremas, perfumes y productos para el cuidado corporal y capilar superarán los 9.400 millones de euros, un 10 % más que este año, que se espera cierre con un incremento del 8,5 % respecto a los 7.900 millones de euros de 2024 (equivalentes a aproximadamente la mitad de los ingresos totales), que también aumentaron un 12 %. Las exportaciones desempeñan un papel fundamental en el crecimiento de la facturación total de la industria cosmética en Italia. En los últimos veinte años, la participación de las exportaciones en los ingresos totales de la industria se ha duplicado, pasando del 24,7 % en 2004 a casi el 48 % a finales de 2024, con un valor que prácticamente se cuadruplica, pasando de 2.000 millones de euros a más de 7.900 millones de euros.
Los mercados internacionales premian la calidad y la fiabilidad de la producción italiana, con excelentes resultados en Estados Unidos, principal mercado de exportación, con un valor superior a los 1100 millones de euros y un crecimiento del 19,3%, Francia (797 millones de euros, +13%) y Alemania (757 millones de euros, +8,2%), que por sí solos representan un tercio del valor total de las exportaciones de la industria cosmética italiana. Sin embargo, Estados Unidos no es el único destino no europeo que experimenta un crecimiento de dos dígitos: entre los veinte principales también se encuentran Emiratos Árabes Unidos (+19,7%), Australia (+11,7%) y México (+17,0%).
Las ventas al exterior se mantienen, por tanto, aunque en el primer semestre de 2025 aparecen algunos problemas críticos por la dificultad de abastecimiento y el coste de las materias primas, a lo que contribuyen también la sequía, el aumento de los costes energéticos y logísticos, a lo que se suman las medidas y contramedidas proteccionistas de la segunda presidencia de Trump y los impactos asociados que llevan a escenarios todavía inciertos: otro desafío más para el sector, dictado por un contexto competitivo cada vez más complejo.
«Toda la cadena de suministro de la industria cosmética italiana es estratégica para el crecimiento económico y un componente fundamental del sistema económico del país», comentó Benedetto Lavino, presidente de Cosmetica Italia. «En 2024, generó un valor total de 41.200 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 6,5 % con respecto al año anterior, y promovió el empleo en general, creando aproximadamente 440.000 puestos de trabajo, equivalentes al 1,6 % de la fuerza laboral italiana. Solo la industria cosmética alcanzó una facturación de 16.500 millones de euros (un incremento anual medio del 5,7 % en los últimos diez años), y con un crecimiento del 12 % en las exportaciones, la cosmética se ha posicionado entre los sectores del Made in Italy con mejor desempeño en términos de crecimiento de las exportaciones, solo superado por la joyería. Hoy en día, aproximadamente la mitad de los ingresos totales provienen de mercados extranjeros, con Estados Unidos como principal destino, seguido de Francia y Alemania. La fortaleza de la cosmética se refleja en toda la cadena de suministro, lo cual es uno de los sellos distintivos del Made in Italy».
Añade: «El anuncio de un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos con aranceles del 15 % nos preocupa, ya que las exportaciones son un motor clave del crecimiento de este sector. Una contracción de al menos 100 millones de euros en nuestro principal mercado exterior debe compensarse con medidas concretas de incentivo para apoyar no solo las exportaciones a Estados Unidos, sino también nuevas salidas comerciales en otras zonas y países de alto potencial, como Oriente Medio, Mercosur e India. Este acuerdo también agrava la situación en un sector cuya extrema complejidad regulatoria, sumada al aumento de los costes energéticos, ya amenaza con obstaculizar la innovación, la competitividad y la inversión empresarial».
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