Afganistán: Kabul amenazada por escasez de agua en 2030

«Kabul podría convertirse en la primera ciudad moderna en quedarse sin agua», advierte The Guardian , citando un informe de la ONG Mercy Corps. El nivel del acuífero de la capital afgana ha descendido 30 metros en la última década debido a la rápida urbanización y al cambio climático.
Además, casi la mitad de los pozos de la ciudad, principal fuente de agua potable para los residentes, se han secado. La extracción de agua actualmente supera la tasa de recarga natural, que es de 44 millones de metros cúbicos al año.
Los acuíferos de Kabul se recargan principalmente con el deshielo de las cumbres del Hindu Kush, pero con el cambio climático, las precipitaciones han disminuido significativamente. «Entre octubre de 2023 y enero de 2024, Afganistán recibió solo entre el 45 % y el 60 % de sus precipitaciones invernales habituales», informa The Times of India .
Si esta tendencia continúa, “todos los acuíferos de Kabul estarán secos en 2030, lo que representará una amenaza existencial para los 7 millones de residentes de la ciudad”, informa The Guardian.
El informe de Mercy Corps también advierte sobre la contaminación del agua. Hasta el 80 % de las aguas subterráneas de Kabul se consideran peligrosas, contaminadas por aguas residuales y con altos niveles de salinidad y arsénico.
El acceso al agua se ha convertido en una lucha diaria para los residentes de Kabul. Algunos hogares gastan hasta el 30% de sus ingresos en agua, y más de dos tercios han incurrido en deudas relacionadas con el agua. Empresas privadas están excavando nuevos pozos para extraer agua del acuífero antes de venderla a los residentes a precios exorbitantes.
“Antes pagábamos 500 afganis [unos 6 euros] cada diez días para llenar nuestros bidones con cisternas. Hoy, la misma cantidad de agua nos cuesta 1.000 afganis”, explica Nazifa, profesora residente en el barrio de Khair Khana.
Los proyectos de presas y oleoductos, planificados desde hace tiempo, tienen dificultades para materializarse debido a la falta de financiación. A principios de 2025, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios anunció que sus socios habían recibido solo 8,4 millones de dólares de los 264 millones necesarios para implementar los programas de agua y saneamiento planificados en Afganistán.
Desde el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021, se han congelado 3.000 millones de dólares adicionales en financiación internacional para agua y saneamiento. La reciente decisión de Estados Unidos de recortar la financiación a USAID en más del 80 % ha exacerbado la crisis.
A esto se suman graves problemas de gobernanza. La Agencia Nacional de Protección Ambiental, responsable de monitorear la calidad del agua, ha perdido al 40% de sus empleados, principalmente porque han huido del país, según el Times of India.
Courrier International