Emporio Armani SS26: La última colección de Giorgio Armani fue un testimonio de su visión atemporal para la mujer.

Con el fallecimientode Giorgio Armani a principios de este mes a los 91 años, la Semana de la Moda de Milán echaba de menos a su "maestro". Y como un titán de la industria mundial de la moda y una de las pocas firmas de diseño con un nombre realmente reconocido, sus dos desfiles, Emporio Armani y Giorgio Armani, siempre iban a tener un sabor agridulce.

La colección SS26 de Emporio Armani, que presumiblemente marca una de las últimas en ser presidida por el ojo forense del Sr. Armani, fue una muestra típica de cómo "menos es más". Su pilar femenino sigue siendo la sastrería, siempre con una comodidad innata y un sentido práctico. Esto fue tan cierto como siempre en el desfile de hoy, donde un chaleco de cuello redondo lució un par de bolsillos gigantescos (para un hombre, el Sr. Armani siempre supo lo que importaba a las mujeres). Los pantalones también eran holgados y de pernera ancha, demostrando que la comodidad también es una prioridad. Sin embargo, también hubo una dosis de diversión (dichos pantalones se combinaron con tops brillantes estilo bralet o, en un caso, con una camiseta de malla translúcida).

El toque Armani revolucionó el mundo de la sastrería. Es un toque que ahora puede parecer más ligero o menos innovador, pero que seguía siendo discretamente evidente en la pasarela. Muchas marcas italianas son conocidas por ofrecer un glamour desbordante. El Sr. Armani, sin duda, conocía bien esa palabra, tras haber vestido a innumerables ganadores del Óscar, pero su estilo siempre fue más elegante y menos ostentoso. Las claves fueron las gafas de sol con enfoque suave, los zapatos planos que permitían la distancia perfecta entre el bajo, el tobillo y la suela, así como los bolsos holgados que se podían llevar al hombro o bajo el brazo como un clutch.

Con cinco décadas en la cima de su carrera, el Sr. Armani naturalmente esperaba que el desfile continuara. De hecho, la única señal de cambio en el ambiente fue el final. Las modelos aplaudieron mientras recorrían la sala y, en lugar de hacer su habitual reverencia, Silvana Armani, su sobrina, pareció saludar con amabilidad a los iPhones en alto, además de besarle la mano derecha y levantarla brevemente hacia el techo.

El futuro del imperio privado que construyó sigue siendo incierto. En su testamento, según un informe de Reuters , Armani especificó que una participación del 15% en la compañía debe venderse en un plazo de 18 meses, dando prioridad a los gigantes del lujo LVMH, L'Oréal y EssilorLuxottica.

Tan meticuloso en su enfoque empresarial como en el corte preciso de una chaqueta de traje masculina, el Sr. Armani sin duda estaba asegurando su futuro legado para la próxima generación de usuarios de Armani. El tiempo dirá qué sucede con Armani, la marca. Pero Armani, el hombre, seguirá siendo una leyenda de la industria de la moda para siempre.