Nueva moda en ropa: Reparación

La alta inflación y la caída del poder adquisitivo en Turquía han cambiado muchos hábitos. Muchos ciudadanos, con dificultades para comprar ropa y zapatos nuevos, recurren a las reparaciones. Para una gran parte de la población, especialmente para los jubilados, las reparaciones y el mantenimiento se han convertido en una necesidad, no en una opción.
Según un informe de Ethem Kutay Toker en el periódico Birgün, la calidad de la ropa ha disminuido debido a la inflación. Como resultado, los productos se dañan con mayor facilidad. Quienes necesitan reparar estas prendas dañadas recurren a sastres y lustrabotas.
Según datos del Instituto Turco de Estadística (TurkStat), los costos de mantenimiento y reparación de calzado aumentaron un 54,93 % este año en comparación con el año pasado. El aumento de precio de la limpieza y los arreglos de ropa fue del 51,37 %. Si bien este aumento puede aplicarse a algunos barrios y centros comerciales, en muchos barrios, los sastres y las lustrabotas siguen siendo más asequibles que comprar ropa nueva. Un par de botas de invierno nuevas cuesta desde 1500 TL, una camisa desde 600 TL y un abrigo desde 3000 TL. Sin embargo, los precios de reparación en sastres y zapaterías locales suelen partir de 150 TL. En barrios donde viven jubilados y residentes de bajos ingresos, quienes no pueden permitirse comprar ropa y zapatos nuevos recurren a la reparación de sus viejos.
La gente, agobiada por la crisis económica, está recurriendo a los negocios locales en barrios de Estambul como Beyoğlu y Fatih, donde la sastrería y la reparación de calzado siguen prosperando. Incluso en barrios relativamente más adinerados como Beşiktaş, la gente recurre a la reparación y el mantenimiento. Mientras tanto, el aumento de los alquileres, los gastos y las dificultades económicas obligan a los sastres y talleres de reparación de calzado, que luchan por mantenerse a flote, a subir los precios.
Un sastre que trabaja en Beyoğlu, Estambul, explicó la situación actual de la siguiente manera:
La ropa nueva es demasiado cara y la gente recurre a las reparaciones. El alquiler, el transporte y nuestros gastos aumentan. Nos da vergüenza y dudamos en mencionar los precios. Vamos al mercado y los vemos. Es difícil llegar a fin de mes. Intentamos subir los precios sin molestar a nadie.
El dueño de un taller de reparación de calzado en Beyoğlu describió las dificultades económicas que enfrentan los residentes: "No pueden comprar zapatos nuevos, así que nadie los repara. Regatean por 20 o 30 liras, y la mayoría ni siquiera tiene dinero para reparar sus zapatos rotos". Un taller de reparación de calzado en Fatih, un distrito de Estambul donde viven predominantemente jubilados, comentó: "Este es un barrio de jubilados. ¿Cómo pueden los jubilados comprar zapatos nuevos? Tienen que reparar sus zapatos viejos. Quienes no pueden permitirse botas en invierno vienen a repararlas, y cuando no pueden repararlas todas, las hacen reparar pieza por pieza".
Fuente: Birgün
Tele1