¿Qué les pasa a nuestros cuerpos sin luz? Un periodista entró en un búnker y lo comprobó.

La periodista Lynne Peeples ha tenido problemas para dormir desde la infancia, señalando que los largos y oscuros inviernos que pasó en Seattle desencadenaron su trastorno afectivo estacional (TAE). Durante este tiempo, notó que sus ritmos circadianos, que rigen funciones corporales básicas como los ciclos de sueño-vigilia y el apetito, eran frecuentemente irregulares.
El experimento de la abstracción completa de la luz
Durante el experimento , Peeples se aisló de todo estímulo externo: luz solar, luz eléctrica, relojes, pantallas y otras personas. Utilizó únicamente luces LED rojas tenues que no interferían con su ritmo circadiano. Recopiló datos con dispositivos que registraban su temperatura corporal, niveles de glucosa, patrones de sueño y frecuencia cardíaca. Dedicó tiempo a hacer malabarismos, tocar la armónica y leer en un Kindle, mientras registraba sus experiencias en una máquina de escribir.
A mitad del experimento, su reloj interno se alteró por completo. Todos los que estaban en la superficie se sentían completamente despiertos mientras dormían, experimentando síntomas como ruidos estomacales, opresión en el pecho, debilidad y mareos. El análisis de datos con científicos reveló que sus ritmos estaban desincronizados. Peeples describió esto como síntomas como "somnolencia diurna, sofocos y escalofríos a horas inusuales, depresión leve e incapacidad para pensar con claridad".

La importancia de los ritmos circadianos y el papel de la luz
Peeples compartió los hallazgos del experimento en su libro "El Reloj Interno: Viviendo en Sincronía con Nuestros Ritmos Circadianos". Enfatizó que los relojes internos del cuerpo son imperfectos y deben estar sincronizados regularmente con el ciclo de luz y oscuridad del planeta. Señaló que, durante los primeros días, mantuvo un ritmo cercano al ciclo de 24 horas, llegando incluso a estimar la hora con tan solo 11 minutos de diferencia.
Peeples afirmó que la luz es crucial para los ritmos circadianos , explicando que las células fotorreceptoras de los ojos detectan la luz azul y envían una señal de "luz diurna" al cerebro. Señaló que en la vida moderna, las personas carecen tanto de luz diurna adecuada como de noches oscuras. Esto, dijo, dificulta que el cuerpo distinga entre el día y la noche.
Consejos prácticos: Luz, alimentación y consistencia
Peeples ofreció tres sugerencias clave para regular los ritmos circadianos:
Creando contraste: Expóngase a la luz natural de 15 a 20 minutos por la mañana y atenúe las luces por la noche. Use iluminación tenue en tonos naranjas y rojos, y opte por luces nocturnas de tonos cálidos para ir al baño por la noche.
Restricción: Limite el consumo de alimentos , cafeína y alcohol a las primeras horas del día. Cene ligero y deje de comer 2 o 3 horas antes de acostarse.
Consistencia: Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días. Las investigaciones demuestran que la regularidad es más importante que la duración del sueño.

Luz de pantalla y cronotipos
Al hablar sobre los efectos de la luz azul emitida por los dispositivos electrónicos, Peeples afirmó: «La luz azul de las pantallas de televisión y teléfono puede no ser tan dañina como se dice, pero limitarla es beneficioso». Añadió que los cronotipos personales (temprano o tarde en la noche) afectan el rendimiento laboral, y añadió: «Las mañanas tardías pueden ser ideales para las tareas mentales, mientras que las tardes pueden ser ideales para las actividades físicas».
Descubriendo tu propio ritmo
Para comprender los ritmos naturales de tu cuerpo, Peeples recomienda despertarse sin alarma durante los momentos libres, como las vacaciones, y observar tus niveles de energía. "¿Cuándo te sientes mejor? ¿Cuándo te baja la energía? Observar estos detalles te ayudará a optimizar tu horario personal", dijo.
Los experimentos y las investigaciones revelan que vivir en armonía con los ritmos circadianos es fundamental para la salud y la productividad general.
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