Playas. Campaña para concienciar sobre la prevención de enfermedades renales.

Una campaña de concientización sobre la enfermedad renal crónica, que afecta a casi el 10% de la población, se realizará en varias playas entre el 9 y el 16 de agosto, para promover la prevención, especialmente entre los grupos de riesgo, se anunció este miércoles.
La campaña 'El Riñón No Duele' estará en las playas de Figueira da Foz (día 9), Carcavelos (día 11), Sesimbra – Praia Moinho de Baixo (día 12), Quarteira (día 15) y Lagos – Porto de Mós (día 16) con el objetivo de concienciar “a la población sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz de la enfermedad renal crónica”, afirman los promotores de la iniciativa en un comunicado.
Promovida por la Asociación Portuguesa de Pacientes con Insuficiencia Renal (APIR), con el apoyo de la Sociedad Portuguesa de Nefrología (SPN) y una empresa farmacéutica, la campaña pretende reforzar la concienciación sobre la ausencia de síntomas iniciales de la enfermedad, que requiere una mayor atención, y la importancia de cuidar los riñones antes de que requieran atención urgente.
“Pequeños hábitos diarios, como beber suficiente agua, mantener una dieta equilibrada y controlar la presión arterial, hacen una gran diferencia en la prevención de la enfermedad renal”, aconseja el presidente de APIR, Paulo Urbano.
Exámenes y consultas frecuentes, cambios y restricciones en la dieta, fatiga, calambres, ansiedad, estrés y, en muchos casos, la necesidad de diálisis, son el día a día de los pacientes con enfermedad renal crónica, una rutina que “tiene un impacto importante en las rutinas diarias y un impacto emocional, asociándose a altos niveles de ansiedad, estrés y depresión”, enfatiza.
El presidente del SPN, Edgar Almeida, observa, por su parte, que, a pesar de ser una enfermedad muy prevalente, que afecta a casi el 10% de la población, “es poco conocida”.
En Portugal, en 2024, 2.506 personas iniciaron diálisis, lo que contribuyó al total de 14.089 personas que estaban en estos tratamientos al final de ese año.
“Si sumamos a estas cifras los casos de trasplante renal y el tratamiento médico conservador, observamos unos valores de incidencia y prevalencia entre los más altos de Europa: una incidencia de 271,6 por millón de habitantes (pmp) y una prevalencia de 2.046 pmp”, destaca el nefrólogo.
Paulo Urbano añade, por su parte, que “la ausencia de síntomas en la fase inicial o síntomas inespecíficos” supone un reto, a lo que se suma “la poca cultura preventiva, la reducida concienciación en la sociedad en general, especialmente en grupos de riesgo, como personas con diabetes, hipertensión o antecedentes familiares de enfermedad renal y la dificultad de acceso a la atención primaria de salud”.
“El diagnóstico precoz es un factor determinante para la calidad de vida de los pacientes renales”, argumenta, destacando que, con un adecuado seguimiento médico y cambios en la dieta, “se puede evitar o retrasar la progresión de la enfermedad a estadios más graves, reducir la aparición de comorbilidades, preparar con antelación la opción de un tratamiento sustitutivo (…) facilitando su adaptación y minimizando los riesgos asociados”.
Edgar Almeida agrega que los factores de riesgo “son múltiples”, pero los más comunes son la diabetes, la hipertensión, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo.
Cansancio excesivo y dificultad para concentrarse, hinchazón, especialmente en pies, tobillos y manos, aumento o disminución de la frecuencia urinaria, orina espumosa, presión arterial alta, náuseas y vómitos, picazón, falta de apetito y pérdida de peso, calambres y debilidad muscular son síntomas que pueden indicar la existencia de la enfermedad.
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