La DGS publica la estrategia de inmunización contra la hepatitis A

La Dirección General de Salud (DGS) ha actualizado su estrategia de inmunización contra la hepatitis A tras el aumento de casos en Portugal, con el fin de reducir la incidencia y la mortalidad asociadas a la infección.
La DGS alertó en junio del aumento de la transmisión del virus de la hepatitis A en el país , donde se notificaron 504 casos entre el 1 de enero y el 31 de mayo, “en línea con la tendencia reportada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades sobre brotes activos en diferentes países europeos”.
Según la autoridad sanitaria, la nueva estrategia de inmunización, publicada este viernes, tiene como objetivo "reducir la incidencia de la hepatitis A" y "reducir la morbilidad y la mortalidad" asociadas a la infección, especialmente "en los grupos vulnerables y/o con mayor riesgo de exposición".
Por otro lado, se pretende prevenir brotes en comunidades o contextos de mayor riesgo y “promover el acceso a la vacunación contra la hepatitis A a los grupos con mayor riesgo de exposición y/o enfermedad grave”, según recoge la norma DGS.
Elaborada “con base en el contexto epidemiológico actual de la hepatitis A en Portugal, así como en las recomendaciones de la Comisión Técnica de Vacunación (CTV)”, la norma de la DGS actualiza los esquemas de vacunación recomendados contra la hepatitis A en el contexto de preexposición, postexposición o brote de hepatitis A y el Programa Nacional de Vacunación (PNV).
En Portugal, la vacunación contra esta infección se recomienda para los grupos con mayor riesgo de exposición o de gravedad de la enfermedad , y es gratuita en entornos previos y posteriores a la exposición, incluido el control de brotes.
Según el PNV, la vacuna contra la hepatitis A debe administrarse en situaciones especiales, para las cuales es gratuita.
“En el contexto de la medicina del viajero, la vacunación debe seguir administrándose mediante prescripción médica individual y adquiriéndose en farmacias comunitarias”, se lee en la norma publicada en la web de la DGS.
También cabe señalar que “la administración de inmunoglobulina humana normal (IgHN)1 puede considerarse, previa prescripción médica y obtención del consentimiento informado, en situaciones específicas, en particular cuando la vacuna no está disponible o está contraindicada”.
Para garantizar el acceso a la vacunación contra la hepatitis A a grupos de riesgo definidos, la identificación de las personas elegibles para la vacunación puede realizarse de varias maneras, incluida la “vacunación autopropuesta”.
“Las personas que se consideren en riesgo de contraer hepatitis A pueden ponerse en contacto con un centro de vacunación y autoderivarse para vacunarse”, explica.
Dada la particularidad de esta práctica, la DGS recomienda que los profesionales sanitarios responsables de administrar la vacuna realicen, previamente a su administración, una evaluación de riesgos individual.
Según la DGS, la vacunación debe realizarse lo antes posible después de la última exposición, idealmente dentro de los 14 días posteriores a la exposición, y debe realizarse de forma prioritaria.
La hepatitis A suele ser asintomática o leve en niños menores de 5 años, pero en los adultos puede manifestarse de forma repentina, con síntomas como fiebre, malestar y dolor abdominal, siendo la ictericia –coloración amarillenta de la piel y los ojos– el signo más característico.
La DGS afirma que no existe una forma crónica de la enfermedad y que la infección confiere inmunidad de por vida.
La vacunación preexposición es la principal forma de prevención y está especialmente recomendada para personas que residen o viajan a zonas endémicas o con brotes activos, cuyas prácticas sexuales se asocian a un mayor riesgo de infección y que padecen enfermedades crónicas u otras afecciones que puedan empeorar el curso clínico de la infección.
La vacunación posterior a la exposición está dirigida a los contactos cercanos de casos confirmados, de acuerdo con las directrices nacionales vigentes y los criterios de elegibilidad, con el objetivo de prevenir la aparición de casos secundarios.
observador