ANP otorga 19 bloques de exploración petrolera en la desembocadura del Amazonas a meses de la COP30

La Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) concedió este martes (17) la exploración de bloques petroleros en la desembocadura del río Amazonas a dos consorcios empresariales, en una subasta criticada por ambientalistas, mientras Brasil se prepara para albergar en noviembre la COP30, la conferencia climática de la ONU.
Diecinueve de los 47 bloques petroleros ubicados en la cuenca del río Amazonas fueron vendidos por R$ 844 millones por dos consorcios: uno formado por Petrobras y la estadounidense ExxonMobil, y otro por la estadounidense Chevron y el grupo estatal chino CNPC.
En total, sólo 34 de los 172 bloques ofertados en todo el país fueron adjudicados en esta subasta, que generó R$ 989 millones para el gobierno.
Otras empresas participantes fueron la francesa Total, la noruega Equinor y la angloholandesa Shell.
Se prevén más de R$ 1,4 mil millones en inversiones para la exploración de todos estos campos petrolíferos, la mayoría de ellos ubicados en aguas profundas.
Pero antes de eso, las empresas necesitan obtener las licencias ambientales necesarias, un proceso que puede llevar años.
El área de exploración en aguas profundas del Océano Atlántico se ubica cerca de la desembocadura de este emblemático río, que atraviesa la mayor selva tropical del planeta, crucial en la absorción de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global.
También llamada “Margen Ecuatorial”, esta zona es considerada la “nueva frontera energética” de Brasil.
“Es alarmante que más del 40% de los bloques ofertados en la Cuenca de Foz do Amazonas se hayan vendido en esta subasta de la ANP”, alertó Mariana Andrade, oceanógrafa y coordinadora del frente Océanos de Greenpeace Brasil, en un comunicado enviado a la AFP.
Un centenar de manifestantes se congregaron a primera hora de la mañana frente al hotel de Río de Janeiro donde se realizó la subasta.
Miembros del colectivo Arayara, entre ellos indígenas ataviados con tocados y vestimentas tradicionales, exhibieron un cartel con la frase: “Detengan la subasta del fin del mundo”.
La cuestión genera tensiones incluso dentro del propio aparato estatal: el Ministerio Público Federal había solicitado la suspensión de la subasta, por considerar que “representa una grave violación de los derechos fundamentales, de los compromisos internacionales y de la legislación ambiental brasileña”, en ausencia de “estudios previos adecuados” sobre el impacto de la explotación petrolera cerca de la desembocadura del Amazonas.
Mientras tanto, Petrobras espera una licencia del Ibama para iniciar un mega proyecto de exploración petrolera en la misma área en un bloque cuya concesión obtuvo en 2013.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se ha mostrado a favor de este proyecto, pese a las críticas de los ambientalistas, una paradoja para el petista, que quiere liderar la lucha mundial contra el calentamiento global.
“No podemos prescindir de ella porque es esa riqueza, si existe, la que nos va a ayudar a hacer la transición energética, la que nos va a dar dinero para cuidar nuestro bosque”, dijo Lula en febrero.
“Tenemos que actuar con mucha responsabilidad. No quiero que la exploración petrolera cause ningún daño al medio ambiente”, añadió.
En noviembre, Brasil acogerá en Belém do Pará la conferencia climática de la ONU, COP30, la primera que se realizará en la Amazonia.
“Brasil ya tiene reservas de petróleo suficientes para atender su demanda interna y permitir una transición energética gradual”, declaró este martes WWF Brasil.
“La crisis climática exige decisiones valientes y políticas públicas que apunten al futuro, no al pasado”, añadió la ONG.
Como el mayor productor de petróleo de América Latina, Brasil espera generar 5,3 millones de barriles por día en 2030, en comparación con 4,68 millones en abril de este año, según datos oficiales.
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