Estudio: La pobreza no tiene por qué agravar los problemas de salud mental en los niños

La pobreza no necesariamente agrava los problemas de salud mental en los miembros más jóvenes de la familia. Los problemas financieros no son un factor significativo, y los trastornos mentales pueden presentarse independientemente del nivel de riqueza de una familia, según un nuevo estudio internacional en el que participa la Universidad SWPS.
La falta de recursos económicos suficientes para cubrir las necesidades básicas se cita a menudo en las investigaciones como un factor de riesgo para los problemas de salud mental en niños. Por ejemplo, se sabe que los niveles más altos de pobreza se asocian con problemas de conducta y depresión.
Para comprender mejor este fenómeno, los científicos han analizado diversos factores que pueden influir en este proceso. Según el Modelo de Estrés Familiar (MEF), el estrés familiar y los consiguientes problemas de salud parental pueden reducir la eficacia de la crianza, lo que provoca problemas de conducta en los niños. Otra teoría, el modelo del Contexto del Estrés, postula que la pobreza puede amplificar el impacto de otros factores de riesgo, aumentando la susceptibilidad a los trastornos mentales. Además, existe una amplia investigación que respalda la idea de que existen interrelaciones entre los problemas de salud mental parentales e infantiles.
Los niños de familias con bajos ingresos tienen un mayor riesgo de padecer trastornos mentales, pero no se sabe con certeza por qué. La mayoría de los estudios sobre el papel del nivel socioeconómico en la relación entre la salud mental de los hijos y la de los padres presentan ciertas deficiencias metodológicas. Los estudios no indican si los ingresos familiares (como indicador de pobreza) influyen en la relación bidireccional entre la salud mental de los padres y la del niño. Abordar esta laguna en la literatura es importante, ya que facilitará la comprensión de la relación entre las dificultades económicas y los problemas de salud mental en padres e hijos», explica la Dra. Agata Dębowska, profesora de la Universidad SWPS, citada en el comunicado de prensa.
Investigadores de la Universidad de Sheffield, la Universidad de Ankara, la Universidad de Lancaster y la Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades SWPS (SWPS) investigaron el impacto del bajo nivel económico en la interrelación entre el estrés parental y los problemas de salud mental infantil, tanto dentro como fuera de la familia. Los investigadores plantearon la hipótesis de que la interrelación entre el estrés parental y la salud mental infantil sería más fuerte en familias en situación de pobreza que en familias con ingresos más altos. Además, dado que se observaron algunas diferencias en las trayectorias de desarrollo entre niños y niñas, los modelos se ajustaron por separado para ambos géneros.
El estudio, realizado con métodos estadísticos avanzados, empleó datos del Estudio de Cohorte del Milenio (2000-2002) longitudinal en el Reino Unido. Los datos siguieron al mismo grupo de niños a los 9 meses, 3, 5, 7, 11, 14 y 17 años. Se incluyó a un total de 10.309 personas, de las cuales 5.161 eran niñas y 5.148 eran niños.
Contrariamente a las hipótesis basadas en el modelo de Contexto de Estrés, este estudio no halló que la pobreza intensificara la relación entre los problemas de salud mental parental y los trastornos de salud mental infantil, ni dentro de las familias ni en comparación con otras familias. Estos resultados contradicen las creencias existentes que sugieren que la pobreza intensifica el impacto del estrés parental en la salud mental infantil.
«Estos resultados contradicen la idea de que las dificultades económicas reducen los recursos de las personas para afrontar otros retos de la vida. Además, nuestros resultados no coinciden con los de un metaanálisis, que halló que la relación entre la depresión materna y los problemas de salud mental infantil es más pronunciada en familias de bajos ingresos», afirma la profesora Dębowska.
Los investigadores creen que una posible explicación de estas discrepancias reside en la metodología más rigurosa empleada en el nuevo estudio. Además, los problemas de salud mental de los padres podrían tener un impacto más directo en la salud mental de los niños, por ejemplo, a través de una menor disponibilidad emocional, independientemente de factores externos dinámicos como la pobreza.
Los investigadores enfatizan que aún existe evidencia de que la incidencia de problemas de salud mental es mayor en familias con bajo nivel socioeconómico, por lo que se debe seguir priorizando a los grupos de bajos ingresos en las iniciativas preventivas y terapéuticas. También señalan que, dado que el impacto del malestar psicológico parental en la salud mental de los niños es independiente del nivel de ingresos, las intervenciones que abordan los problemas de salud mental deben abordar a todos los grupos socioeconómicos.
La investigación fue publicada en Current Psychology por Zeliha Ezgi Saribaz (Universidad de Sheffield, Universidad de Ankara), Lydia Gabriela Speyer (Universidad de Lancaster), Paul Norman (Universidad de Sheffield), Agata Dębowska (Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades SWPS) y Richard Rowe (Universidad de Sheffield).
Ciencia en Polonia
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