Tendencia de bajar de peso en México y EE. UU.: ¿Los balones gástricos, la alternativa efectiva?

En los últimos años, la salud se volvió tema central en muchas pláticas en la oficina o en el group chat. No es solo por verse bien, sino porque ahora se valora más la energía para vivir el día a día. En México, la obesidad creció del 23 % al 36 % entre 2000 y 2018, y se espera que para 2030 llegue al 45 %. En Estados Unidos, casi el 43 % de los adultos tiene sobrepeso y más de la mitad quiere bajar de peso. Esto no es moda: es un movimiento de todas y todos para mejorar la salud y detener enfermedades relacionadas como la diabetes o la presión alta.

Un balón gástrico es un dispositivo que se coloca en el estómago mediante endoscopía (sin cirugía) y se infla con solución salina o aire. La idea es que ocupando espacio, ayuda a sentir saciedad con menos comida. Es temporal (usualmente de 6 a 12 meses), sin cortes ni hospitalización prolongada, pensada para reforzar un cambio de hábitos alimenticios.
En México, esta opción se está volviendo más común gracias a su eficacia comprobada, especialmente entre quienes ya intentaron todo sin éxito.
En Estados Unidos, el uso de balones gástricos sigue en aumento. En 2023 se colocaron cerca de 4 358 dispositivos, un aumento significativo respecto al año anterior. Aunque no hay cifras oficiales en México, el mercado de balones gástricos representa ya cerca del 50 % del mercado latinoamericano. Mientras que en Norteamérica es el más fuerte, con 41.7 % del valor global.
En México, el precio de un balón gástrico puede variar entre 55.000 y 100.000 pesos mexicanos. Si estás considerando esta opción, es natural preguntarse por el precio. Este depende de la clínica, el tipo de dispositivo utilizado y los servicios que se incluyen en el paquete. Como consultas médicas, nutrición y seguimiento postprocedimiento.
Aunque a primera vista puede parecer una inversión importante, es clave entender por qué cuesta lo que cuesta. La cirugía bariátrica puede superar los 200.000 pesos o incluso más, en cambio, el balón gástrico es una opción menos invasiva, reversible y mucho más accesible. No se requiere hospitalización prolongada ni cirugía, lo que ya reduce considerablemente los costos médicos.
Además, muchos programas incluyen un enfoque integral que combina el balón con orientación nutricional y control médico continuo. Esto ayuda no solo a perder peso, sino a mantenerlo a largo plazo.
En comparación con pastillas o tratamientos milagrosos que prometen resultados rápidos. Estas no están respaldados por evidencia médica, el balón gástrico ofrece una solución más segura, personalizada y basada en resultados clínicos reales.
- Menos invasiva que una cirugía: no hay cortes, solo un procedimiento ambulatorio.
- En promedio, se logra perder entre 10 % y 15 % del peso corporal en 6 meses.
- Ayuda a mejorar otras condiciones de salud como la diabetes y la presión alta.
- Es una solución temporal diseñada para ayudarte a crear hábitos más saludables.
Los balones representan una opción moderna dentro de las técnicas no invasivas. Además, existen dispositivos ajustables al estómago que ofrecen la ventaja de adaptar el volumen del balón. Conforme avanzas en tu proceso, lo que mejora tanto la eficacia como la tolerabilidad.
Según datos clínicos, se ha reportado hasta un 15 % de pérdida de peso corporal, con tasas de éxito mayores al 80 %.
Antes de someterse ante cualquier procedimiento de salud, consulta con tu médico de confianza para que te recomiende que hacer en tu caso.
I.S.
yucatan