Enfermos de cáncer exigen medicinas; Gobierno las aplaza otra vez

Patricia Estrada no puede contener las lágrimas al relatar el viacrucis que enfrenta por el desabasto de medicamentos oncológicos. La paciente del Antiguo Hospital Civil explica que su tratamiento depende de las maniobras de su médico para sustituir fármacos, pues los originales son demasiado costosos y no puede adquirirlos porque no hay abasto del Gobierno federal.
La asociación civil Nariz Roja le ha proporcionado parte de los insumos, pero asegura que sigue “peleando por su vida”. “Me hace falta el medicamento intravenoso. Mi doctor me lo cambió, pero no tengo otra alternativa porque es muy caro. Les pido a las autoridades que se pongan las pilas, que hagan todo lo posible para que haya medicamentos. Uno está luchando por vivir”.
Pese a este clamor, el Gobierno federal volvió a aplazar la entrega de medicamentos contra el cáncer a los estados. El secretario de Salud en Jalisco, Héctor Raúl Pérez Gómez, informó que, tras reunirse en el Consejo Nacional de Salud con su homólogo federal, David Kershenobich, y los subsecretarios Eduardo Clark y Ruy López, se les prometió que los insumos llegarán, pero en un plazo máximo de 15 días.
“Tengo de parte de ellos la promesa de que, en menos de dos semanas, se regularizará el abasto de medicamentos que provienen de la Federación. Después de esos días de reunión, hemos seguido en comunicación telefónica; un día sí y otro también… seguimos haciendo las gestiones para lograrlo”.
Tras una manifestación convocada por Nariz Roja el pasado sábado en Guadalajara, su fundador, Alejandro Barbosa, recordó que la Secretaría de Salud federal se comprometió a que las medicinas llegarían entre el 15 y 20 de agosto, pero sin garantía. “Así estamos desde marzo (en la presente administración de Claudia Sheinbaum). El que mucho promete nos hace dudar de su palabra”, lamentó.
El caso de Ángela Melchor ilustra otro rostro de la crisis. Su esposo fue diagnosticado con cáncer en 2019 y, por la falta de insumos, lleva un mes y medio sin tratamiento. El tumor ya se pasó al cerebro. “Nos dicen que no hay medicamento, que es asunto federal. No se puede suspender el tratamiento, pero ya tiene más de un mes sin tomarlo porque no hay”, denuncia.
El problema se agudiza en Jalisco: el Gobierno federal ha surtido sólo el 13% de las claves oncológicas que corresponden al estado. Ante este panorama, Pérez Gómez plantea recurrir a la industria farmacéutica mexicana con capacidad de producción y distribución, como la empresa PiSA. “En Jalisco, ha sido una de las grandes empresas por décadas. Si existen farmacéuticas mexicanas, hay que darles la oportunidad. Así podríamos tener un abasto enfocado a lo regional, más cercano y rápido”.
En la misma línea, Oliver Meza, académico del Tecnológico de Monterrey, considera que el sector privado debe coadyuvar con el Gobierno en la distribución. “Hay que permitirle al mercado hacer bien lo que sabe hacer: distribución y planificación. Las farmacéuticas tienen incentivos claros para hacerlo de forma eficiente”.
Mientras tanto, pacientes como Patricia y Ángela siguen en pausa forzada, dependiendo de la solidaridad de las asociaciones civiles, de los ajustes médicos improvisados y, sobre todo, de que la promesa de la Federación esta vez sí se cumpla. Porque, como dicen ellas, en esta lucha contra el cáncer cada día cuenta, y la espera no sólo agota la paciencia… también la vida.
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