¿No seré yo una obra de arte? Fascinación y repulsión por el arte contemporáneo con la estrella más marciana de España

Hay quien considera que Samantha Hudson es una mamarracha. Incluso una aberración. Otros creemos que es una superestrella de un calibre altísimo. Un superfreak divino que no nos merecemos. Una tipa muy lista con unas pintas de cuidado. También un ser muy absurdo. Ella misma lo dice. Su éxito es tan merecido como improbable. Difícil de explicar e imposible de ignorar. Está ahí y punto. Samantha es como el arte contemporáneo. En ¿No seré yo una obra de arte? serie-pódcast de Filmin, les hace esa pregunta a expertos en arte y artistas. Las respuestas son variadas. Yo no sé si Samantha es una obra de arte, pero sí que es pura contemporaneidad. Y que sabe lo que hace.
Escrita por Carlos Cuevas Sedano, Patricia Esteban Baena, David Navarro y la propia Hudson, ¿No seré yo una obra de arte? es una colección de conversaciones con personalidades relevantes del mundo del arte contemporáneo español: directores de museos, críticas culturales, artistas... La serie comienza, muy astutamente, con el agresivo Abel Azcona, un interesantísimo personaje capaz de generar fascinación y repulsión de manera simultánea. Los responsables de ¿No seré yo una obra de arte? saben que Samantha Hudson puede despertar las mismas reacciones en los espectadores. Ellos también son muy listos y saben lo que hacen.
A quién puede interesarle una conversación múltiple sobre arte, intensa y paternalista.¿No seré yo una obra de arte? huye de la erudición elitista, pero tampoco cae en la frivolización y el cuñadismo del «ese cuadro lo puede pintar mi hijo de tres años». Samantha Hudson enfrenta a alguno de sus entrevistados con ese ya clásico comentario de taberna rancia. Lo hace desde su posición de rubia tonta que, como Dolly Parton, sabe que no es tonta (y que no es rubia). Su misión no es derribar el arte contemporáneo. Para eso ya hay muchos gañanes en YouTube y Twitch, capaces de soltar comentarios bochornosos sobre arte mientras detrás de ellos vemos neones y, con suerte, un póster de El caballero oscuro.
¿No seré yo una obra de arte? pretende que contextualicemos el arte contemporáneo, que lo pongamos en su sitio, que lo cuestionemos y lo respetemos. Incluso que nos guste, que queramos participar de él y, como defiende Manuel Segade, director del Reina Sofía y uno de los invitados de la serie, que nos lo apropiemos y nos hagamos un selfi con el Guernica de fondo.
Carlos Cuevas Sedano, Patricia Esteban Baena, David Navarro y Samantha Hudson saben que el arte contemporáneo puede ser muchas cosas y aburrido es una de ellas. Pero también puede ser polémico, escandaloso e incluso viral. En ¿No seré yo una obra de arte? apuestan sin pudor por perfiles que, aunque solo sea para generar titulares locos (y sí, nuevamente: titulares cuñados), han abierto una brecha en la muy hermética burbuja del arte de vanguardia. Muchos verán a Eugenia Tenembaum más como una influencer polemista que como la disruptiva divulgadora que es. Igual que tendrán mucho más presentes las movidas con la Iglesia Católica de Abel Azcona (o su reconocible look, sombrerito incluído) que su radical propuesta artística. Una obra que la serie de Filmin, en un golpe de suerte, captura en un momento de catarsis. O no, porque con Abel Azcona nunca se sabe. Y con Samantha Hudson tampoco. ¿No seré yo una obra de arte? es el nuevo proyecto marciano de la estrella más marciana de España. No canta, no baila, no pinta, no esculpe y no hace videoarte... pero no se la pierdan.

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