Campesinas, esclavas, guerreras y espías: quiénes fueron las mujeres de la Revolución de Mayo

No hay dudas de que las revoluciones hacen la historia de los pueblos cuando irrumpen y cambian de raíz un presente. No sólo cambian los lazos sociales, políticos y económicos sino que modifican las vidas individuales y familiares. En Las mujeres de la Revolución (Edhasa), coordinado por la doctora en historia Beatriz Bragoni, historiadoras y antropólogas como Marcela Ternavasio, Noemí Goldman y Magdalena Candioti, escriben sobre campesinas y cacicas, morenas, pardas, patricias, pehuenches y porteñas que, a través de sus acciones cotidianas, forjaron los caminos de las revoluciones en América Latina.
Se acerca un nuevo aniversario de la revolución de mayo 🇦🇷 y si te interesa saber qué hicieron las mujeres en la revolución, cómo la hicieron y qué significó para sus vidas… no dejes de buscar este hermoso libro editado por @BeatrizBragoni @EdhasaArgentina 💜💜💜 pic.twitter.com/WlP3FqFrib
— Maga Candioti (@franmackandal) May 23, 2025
En entrevista con Clarín, Bragoni cuenta cómo nació el libro y los desafíos que atravesaron aquellas mujeres para hacer historia. Marcela Aguirrezabala, Bárbara Aramendi, María Victoria Baratta, Roxana Boixadós, Elsa Caula, Inés Cuadro Cawen, Marisa Davio, Judith Farberman, María Alejandra Fernández, Sara Mata, Mariana Pérez y Florencia Roulet también forman parte de este libro.
–¿Bajo qué objetivos nació Las mujeres de la Revolución?
–El libro tuvo como propósito escribir historias de mujeres en un momento excepcional, el de la revolución y las guerras de independencia en la geografía del antiguo virreinato rioplatense. Se trata de un tema que ha sido objeto de atención por parte de la literatura especializada a raíz de diferentes giros metodológicos que han nutrido la agenda de investigación histórica o social en los principales centros académicos internacionales y de la Argentina. Pero si bien esas historias o el modo en que la revolución y las guerras habían permeado y modificado la vida de las mujeres de todos los sectores de la sociedad rioplatense, ha ocupado un renglón potente de la historiografía académica, estaba pendiente una obra de conjunto que fuera capaz de combinar los nuevos hallazgos con una forma estilizada y narrativa destinada al gran público que diera cuenta de la diversidad social, geográfica, política, emocional y hasta mitológica del protagonismo femenino ante la tormenta revolucionaria.
–¿Por qué son tan poco conocidas sus trayectorias?
–Hay varias razones que explican la invisibilidad de una buena porción de las mujeres que pueblan las páginas del libro. Una de ellas reside en el subregistro nominativo de las agencias o intervenciones de las mujeres en el tiempo de la revolución (o la contrarrevolución) porque en general, los documentos suelen ser producidos por varones, es decir, por los funcionarios, publicistas, jueces, militares, padres, maridos o hermanos. Otra razón obedece a las altas tasas de analfabetismo de la población femenina (como de la masculina). Pocas mujeres, incluso las nacidas en hogares patricios sabían leer o escribir o frecuentaban la escritura o la lectura por lo que en general, debían recurrir a intermediarios para hacer valer su voz y sus derechos ante las autoridades, los patriarcas de la familia o los amos de las mujeres esclavizadas. Sin embargo, y como demuestran varias mujeres escrutadas en el libro, la desvinculación del hogar por la migración, el destierro o la emigración y el enrolamiento masivo de varones en los ejércitos revolucionarios o de sus contrarios, las condujo a ensayar procesos de escritura en el registro epistolar para mantener el lazo afectivo y hasta político con sus parientes ausentes. La tercera razón reposa en que la historiografía clásica, es decir, la historia del estado o de lo público o estatal, ensalzó el papel de los “grandes hombres” o los próceres de la revolución en la factura de las nacionalidades sudamericanas, y sólo más tarde, las mujeres, sobre todo patricias o las heroínas de las guerras de independencia, obtuvieron un sitial en los anales de las historias nacionales. Se trata de un fenómeno común en el concierto de la conformación de las historiografías decimonónicas de la Argentina, Paraguay, Bolivia o Chile, y que en las últimas décadas se ha visto reforzado por las mismas liturgias estatales u oficiales a raíz de la creciente feminización en la vida familiar, económica, política o cultural.
Beatriz Bragoni. Foto: archivo Clarín.
–¿Quiénes son las mujeres que componen este libro?
–El libro se hace eco de las mujeres que dejaron huellas de la creciente movilización y politización social que introdujo el acontecimiento revolucionario en el inmenso espacio virreinal. Se trata de mujeres registradas en la documentación resguardada en archivos, bibliotecas y colecciones documentales en las que late la manera en que el fenómeno revolucionario y las guerras precipitaron un cambio en sus conductas públicas y privadas para tramitar la incertidumbre abierta en sus vidas cotidianas. Se trata de un universo de siluetas femeninas radicadas en ciudades, villas y pueblos del interior vertebrados por un proceso común y distinto a la vez que ponen en escena como los afluentes de un rio frondoso la multiplicidad de estrategias ideadas por mujeres campesinas o urbanas, esclavizadas o libres, analfabetas o con recursos culturales suficientes para litigar ante los tribunales por agravios, derechos mancillados o en defensa de su prole. También figuran las que oficiaron de espías a favor de la revolución o en su contra, y las que se lanzaron junto a sus compañeros o hijos a la guerra contra los firmes custodios del orden colonial. Entre unas y otras, reluce el accionar de mujeres de linajes pehuenches y de la dinastía borbónica que ejemplifican su influencia en relaciones interétnicas, y la diplomacia real.
–¿Y quiénes son las mujeres que escriben?
–El carácter poliédrico de las experiencias femeninas escrutado en el libro procede de un elenco de historiadoras y antropólogas con experiencia suficiente en el estudio de la sociedad, la economía y política del siglo XIX rioplatense temprano. Ese pormenorizado conocimiento de las continuidades e innovaciones en distintas esferas de la vida social y pública las dotó de herramientas preciosas para hacer de las mujeres el sujeto primordial de la narrativa ofrecida en base a los antecedentes disponibles, el control de anacronismo y la interpretación de la documentación fragmentaria que atestigua la disrupción de las percepciones y prácticas de las mujeres de todos los rangos sociales. Vale destacar que la misma llamó la atención de los custodios del orden social y público desde el mismo instante en que todo empezó a cambiar. Así lo ilustra la opinión vertida en la prensa porteña en 1813, y un catecismo político que circuló en la actual Bolivia en 1824 que recomendaba recluir a las mujeres al mundo doméstico, y abstenerse de intervenir en la política. Una recomendación que, como se sabe, sería crucial en el ordenamiento constitucional y codificador de las repúblicas hispanoamericanas en la segunda mitad del siglo XIX.
Tertulia porteña, una pintura de un grupo de personas sentadas alrededor de una mesa. Archivo Clarín.
–¿Cómo está siendo tomado el libro?
–Quienes formamos parte de este plan editorial estamos muy conformes con la recepción del libro en función de las auspiciosas reseñas publicadas en diferentes medios como también en la atención que despierta en los mesones de las librerías.
–¿Cómo se hace para que las nuevas generaciones lleguen a estas historias?
–Es difícil sopesar la manera en que este tipo de literatura histórica podrá incidir en la problematización del estudio de las revoluciones de independencia, y complementar el eje político-institucional que, por lo general, impregna los planes de estudio de las instituciones formadoras más allá del resquebrajamiento de las pedagogías patrióticas clásicas. Pero sin duda la ampliación de las formas de comunicación de conocimiento histórico puede contribuir a su difusión y multiplicar las vías de apropiación de estos contenidos por docentes, estudiantes y el público en general.
–Vos decís en la introducción que “ante la ausencia de narrativas femeninas escritas en primera persona, los testimonios de las mujeres aquí escrutados proceden de expedientes alojados en archivos públicos, bibliotecas y colecciones documentales”, ¿cómo llegaron a esos materiales?
–El acceso a los materiales documentales proviene del erudito conocimiento de los principales archivos, bibliotecas y colecciones editadas que por suerte siguen conservándose en los principales repositorios públicos de nuestro país, y del exterior. Cada capítulo pone de relieve trayectorias profesionales robustas en el plano historiográfico y en el de la sensibilidad para fundamentar historias plurales de mujeres en revolución de la mano del rigor académico y la imaginación histórica.
- Es doctora en Historia por la Universidad de Buenos Aires, profesora titular regular en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo, investigadora Principal del Conicet y Académica de Número de la Academia Nacional de la Historia (RA).
- Realizó estudios posdoctorales en la École des Hautes Etudes en Sciences Sociales de París. Ha sido profesora invitada de varias universidades europeas y latinoamericanas.
- Ha publicado artículos en revistas especializadas y capítulos de libros editados en Argentina, Chile, Francia, España, México, Perú, Colombia y Brasil.
- Es autora, entre otros libros, de Los hijos de la revolución. Familia, negocios y poder en Mendoza en el siglo XIX (1999) por el que recibió el “Premio Academia Nacional de la Historia” (obra edita 1999-2002) y el Premio Ensayo “Juan Draghi Lucero” (Taurus/ Diario Uno, 1999); San Martín. De soldado del Rey a héroe de la Nación (2010); José Miguel Carrera. Un revolucionario chileno en el Río de la Plata (Edhasa, 2012).
- Ha editado Microanálisis. Ensayos de historiografía argentina (2004); De la colonia a la república: rebeliones, insurgencias y cultura política en América del Sur (2009), coordinado junto a Sara Mata; Un nuevo orden político. Provincias y Estado Nacional,1852-1880 en colaboración con Eduardo Míguez (2010), El sistema federal argentino. Debates y coyunturas,1860-1900 (Edhasa, 2015) en colaboración con Paula Alonso, y San Martín. Una biografía política del Libertador (Edhasa, 2019).
Las mujeres de la Revolución, coordinado por Beatriz Bragoni (Edhasa).
Clarin