Un altar nazi para Trump

La guerra sin cuartel declarada por Donald Trump contra la “ideología inapropiada” en el ámbito de las artes tendría un aire descarnadamente tragicómico de no ser porque parece una táctica aprendida en el manual del dictador. En todo caso, no les faltan razón a quienes creen ver en la purga presidencial escalofriantes paralelismos con la persecución del arte degenerado por parte de los nazis. En una de las exposiciones más infames de la historia del siglo XX, los líderes del Tercer Reich y sus seguidores reunieron cientos de obras previamente confiscadas a quienes consideraban “enfermos mentales” y “escoria”: Picasso, Matisse, Kandinsky, Klee, Otto Dix o Chagall, judíos y comunistas, enemigos del régimen o sospechosos de serlo, pioneros de la abstracción, cubistas, dadaístas, expresionistas.
En las paredes de la galería de Múnich donde se exhibieron por primera vez en 1937, se podía leer una proclama de Hitler, que antes de entrar en política fue pintor, a modo de manifiesto: “No es misión del arte revolcarse en la inmundicia por la inmundicia, pintar al ser humano solo en estado de putrefacción, dibujar cretinos como símbolos de la maternidad o presentar idiotas deformes como representantes de la fuerza viril”. Destruyeron 5.000 obras e infinidad de carreras artísticas, muchas de las cuales porque las consideraban “un insulto al sentimiento alemán”.
La propuesta de Andrés Serrano para el pabellón estadounidense en el Bienal de Venecia 2026
Cortesía de Andrés SerranoTambién Trump, autoproclamado presidente del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington, ha prometido en las redes que no permitirá “MÁS ESPECTÁCULOS DE DRAG, NI DEMÁS PROPAGANDA ANTIAMERICANA”. Su plan se llama Restaurar la Verdad y la Cordura en la Historia Estadounidense (un intento por controlar un pasado en el que el racismo y la injusticia social no fueron más que el delirio de una pandilla de progres) y ha ordenado que se elimine de los museos o de cualquier evento que represente a los Estados Unidos toda propuesta que promueva la diversidad, la equidad y la inclusión. Retorciendo el pescuezo de la cultura hasta dejarla casi sin aire, asfixiando su coraje moral.
Andrés Serrano quiere crear un mausoleo del presidente americano en la Bienal de VeneciaAsí las cosas, sin aparente salida, el artista Andrés Serrano ha presentado un proyecto para la Bienal de Venecia de 2026 en la que Trump sería protagonista. “No puedo pensar en nadie mejor para representar a Estados Unidos que el propio presidente”, ha dicho. Su idea es crear un mausoleo o un altar en el que Trump estaría representado por los miles de objetos que Serrano viene reuniendo en The Game All Things Trump desde que en 2019 compró un pastel de chocolate en miniatura que regaló a los invitados de su boda con Melania.
Lee tambiénEl plazo de presentación de propuestas concluye hoy y la decisión se dará a conocer en septiembre. De momento ha trascendido que el gran rival de Serrano para 2026 es el bloguero de extrema derecha Curtis Yarvin, que urde un plan para “Trumpificar la Bienal” y que amenaza con “reconstruir las artes estadounidenses con una sola orden ejecutiva violenta y apoderarnos de todo”. Si es una broma, no tiene gracia.
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