Sociedad. «Es agotador que te soliciten constantemente»: el cerebro también necesita vacaciones.

Incluso cuando no tiene ninguna tarea que realizar, el cerebro nunca duerme del todo. Sigue consumiendo casi el 20 % de la energía total del cuerpo, solo un 5 % menos que cuando se moviliza para resolver un problema, según el Observatorio de Memoria B2V. «El cerebro también se activa durante esta llamada fase de reposo, pero lo hace de forma diferente e involucra una red neuronal específica, la red neuronal por defecto», explica Francis Eustache, investigador en neuropsicología e imágenes cerebrales.
Este modo, que se activa cuando dejamos fluir nuestros pensamientos, desempeña un papel esencial en la memoria, la introspección, la creatividad y el equilibrio mental. Una vez que dejamos de lado el trabajo y las pantallas, la mente se deja llevar por lo inesperado y la ensoñación.
El modo predeterminado es contar historias."Es una especie de vagabundeo mental a través del tiempo, hacia el pasado, mirando hacia el futuro, hacia los demás", explica el presidente del consejo científico del Observatorio de Memorias B2V. Y este viaje tiene sentido: nos permite actualizar lo que los investigadores llaman "razonamiento autobiográfico". "Necesitamos contar nuestras propias historias. Esta narrativa de nosotros mismos se construye en gran medida durante la infancia, y existe la necesidad de actualizarla. Esta actividad no se realiza de forma instintiva: la red neuronal por defecto también servirá para este propósito", explica el investigador.
Y el cerebro no ha evolucionado para procesar el torrente de información y el ruido de las notificaciones constantes, verdaderos "interruptores" que fragmentan la atención. Esta sobrecarga digital desgasta los circuitos cognitivos. Por lo tanto, los descansos son necesarios para "regenerar" este conductor del cuerpo.
Es agotador estar constantemente solicitado. Estos momentos de tranquilidad son necesarios. El modo predeterminado también es combatir la ansiedad, asegura Francis Eustache. Si bien unos minutos de desconexión de la vida cotidiana son suficientes para mantener el rendimiento cognitivo, el cerebro necesita periodos más largos para aislarse del intenso mundo exterior. Pero una desconexión parcial es mejor que ninguna, asegura el científico.
“Mantén el control de tus pensamientos”Desde caminar por el bosque hasta meditar y trabajar en el jardín, estos momentos de desconexión nos permiten reactivar este modo introspectivo. «Esto nos permite mantener el control de nuestros pensamientos, acciones y decisiones, incluyendo las más importantes a nivel moral», enfatiza el investigador. Concluye: «El modo por defecto es lo que nos permite ser plenamente nosotros mismos. Es una riqueza».
L'Est Républicain