A los 103 años, no encuentra un médico que acepte hacer visitas a domicilio en Cagnes-sur-Mer.

Incluso en el centro de la ciudad, puede ser difícil encontrar un médico. Germaine Chambaut, de 103 años, tiene dificultades para conseguir tratamiento porque no puede desplazarse ni encuentra un profesional que acuda a su consulta de vez en cuando para renovar sus recetas.
"No estamos en un lugar de difícil acceso", señala su hijo, Marc Chambaut, de 71 años. Esta mujer vive justo al lado del parque de Canebiers y del aparcamiento de la Villette en Cagnes-sur-Mer.
"Nuestros problemas empezaron hace seis meses, cuando la doctora que la atiende cerró su consulta 'por motivos de salud' ", dice Marc en la puerta principal . "Fue muy conveniente porque estaba en el edificio. El cartel aconseja llamar al 15 en caso de emergencia. Pero eso no es una solución para nosotros mientras esperamos a que regrese; de todas formas, no sabemos cuándo".
"Los médicos dicen que es demasiado complicado".Así que este Cagnois se puso manos a la obra y revisó toda la guía telefónica. ¡Ay! «Ningún médico ha accedido a verla en casa. Dicen que es demasiado complicado, que no aceptan nuevos pacientes o que pronto se jubilarán. Es solo que mamá no tiene ningún problema de salud en particular, pero toma pastillas para el corazón y necesita parches de morfina desde que sufrió una fuerte caída. Lleva tres años en cama y no puede moverse. Por suerte, las enfermeras vienen todos los días y el fisioterapeuta también viene con regularidad. Pero eso no soluciona el problema de las recetas que hay que renovar».
El hombre contactó con los servicios de emergencia, quienes lo derivaron a SOS Médecin. Tras numerosas llamadas, finalmente habló con un médico de urgencias. «Es muy amable y ha accedido a venir a ayudarnos de vez en cuando, pero esta no es una solución sostenible».
Marc, que vive cerca de su madre, viene a verla todas las noches. "Verás, no se trata de internarla en una residencia. Ella no lo soportaría, y yo tampoco. Además, está bien; solo necesita un médico que la vigile. Hemos hecho todo lo posible. Así que mi hija me sugirió que contactara con la prensa. Quizás así encontremos a alguien que acepte venir a ver a mi madre de vez en cuando. Es nuestra última esperanza."
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Nice Matin