“Robert Kennedy Jr. podría deshacer las estrategias que normalizaron la vacunación en el siglo XX”.

Antes de emprender una carrera política, el actual Secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert Kennedy Jr., era un abogado famoso por su postura sobre la vacunación . La asocia con numerosos males, incluido el autismo, una acusación generalizada durante casi cuarenta años y a la que le otorga resonancia nacional. El nombramiento de este heterodoxo como Secretario de Salud resulta aún más sorprendente dado que Estados Unidos es la cuna de la vacunación moderna. ¿Cómo no notar que las cualidades de este método de prevención —la insistencia en la estandarización, la inigualable simplicidad de la inyección, su relación coste-beneficio— reflejan los valores fundamentales que rigen la vida en este país y garantizan su poder?
La vacunación tal como la conocemos, con numerosas inyecciones organizadas según un calendario nacional, no existiría sin la Gran Ciencia. Estadounidense. Esta singular alianza entre el ejército, la industria y las universidades dio origen a una serie de innovaciones durante la Segunda Guerra Mundial. Durante el conflicto, se desarrollaron diez vacunas para uso militar.
El biólogo Jonas Salk (1914-1995) desarrolló posteriormente una vacuna contra la polio y el concepto de "vacunología". En el ámbito industrial, Maurice Hilleman (1919-2005) , especialista en la materia, desarrolló la mayoría de las vacunas infantiles comerciales en la multinacional farmacéutica Merck. Esta hegemonía científica y tecnológica no se limitó a las disciplinas de laboratorio. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, también producto de la guerra, han estado capacitando a médicos de todo el mundo en el estudio estadístico de enfermedades infecciosas desde la década de 1970.
Movimientos de protestaLa inversión masiva en investigación no ha impedido que se escuchen las voces críticas. La historia de la salud pública al otro lado del Atlántico está marcada por reveses. Empezando con el "Incidente Cutter" en 1955, poco después del rotundo anuncio de la eficacia de la vacuna contra la polio de Jonas Salk. Entre los niños californianos que recibieron una dosis de la empresa Cutter, cuyos protocolos de inactivación del virus resultaron trágicamente defectuosos, se registraron varios cientos de casos de polio y muertes. Posteriormente, surgieron movimientos de protesta.
Te queda el 66,54% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.
lemonde