En el salón Girl Ink Tattoo, el tatuaje femenino defiende su visibilidad en un mundo masculino

Ambiente rockero, iluminación tenue. En los pasillos del salón de tatuajes Girl Ink, los stands están abarrotados. Durante dos días, en Ozoir-la-Ferrière (Seine-et-Marne), son las mujeres las que tatúan. "Al principio, en las convenciones de tatuajes , apenas veíamos diez tatuadoras. Hoy, hay 70. ¡Es increíble!", comenta con entusiasmo Jérôme Delesalle, presidente de la asociación Black Ball Tattoo y organizador de la undécima edición del evento, que tuvo lugar el sábado 13 y el domingo 14 de septiembre. La elección de un escaparate femenino es deliberada. "Las mujeres tienen tanto espacio en el mundo del tatuaje como los hombres. En mi caso, el 75 % de mi clientela son mujeres. Necesitábamos un salón que las reflejara", explica Jérôme Delesalle. Asistieron unas 2000 personas, una cifra similar a la de años anteriores. Entre los que pagaron la entrada (12,50 euros al día) había mujeres, pero no sólo: 4 de cada 10 visitantes eran hombres.
Uno de los objetivos es combatir los estereotipos que se adhieren a la piel de los artistas del tatuaje, particularmente en lo que respecta a los estilos de sus creaciones. "En
Libération