Desde los chillidos de los cerdos hasta el lanzamiento de menhires, la carrera por los juegos inusuales
Inspirado por el carnaval de Granville (Manche), el pueblo de Saint-Martin-de-Bréhal, a diez kilómetros de distancia, creó su propio evento anual hace veinticinco años. Así nació el festival A fond la cale, cuyo punto culminante es, sin duda, la carrera "ofni" (objetos flotantes no identificados), programada para el 3 de agosto de este año. Una regata de alto octanaje donde los participantes compiten a bordo de embarcaciones inverosímiles, una especie de tanques marinos imaginados y construidos por ellos mismos.
Al igual que Saint-Martin-de-Bréhal, las ciudades francesas están demostrando imaginación para atraer visitantes. En los últimos años, estos eventos se han multiplicado. Desde el bingo de estiércol hasta los concursos de reclamos de animales, pasando por las carreras más extravagantes y los campeonatos de lanzamiento, hay algo para todos los gustos. «Estamos presenciando una carrera por la inventiva», analiza Laurent Sébastien Fournier, profesor de antropología en la Universidad de la Costa Azul de Niza y autor del libro «Ecología Festiva: Festivales, Frutas y Verduras» (Presses universitaires d'Aix-Marseille, 2 de febrero de 2018).
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