Descubren por primera vez que el mapa corporal del cerebro no cambia aunque tengas un brazo amputado
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¿Qué pasa en el cerebro cuando sufres la amputación de un miembro? Durante años, distintas investigaciones sostenían que la pérdida de una extremidad provocaba una reorganización del mapa corporal integrado en el cerebro.
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado este jueves en la revista Nature Neuroscience, desmonta esta teoría. El análisis rastrea por primera vez ese mapa cerebral antes y después del proceso, utilizando la imagen de tres adultos que han pasado por una.
Los autores de la publicación han seguido a los pacientes antes y hasta 5 años después de una amputación de brazo o cara, comparando la actividad cortical provocada por el movimiento de la mano, antes de la pérdida, frente a la mano fantasma.
De este modo, han demostrado que la amputación no desencadena una reorganización cortical [cambios adaptativos que ocurren en la estructura y función de la corteza cerebral], a gran escala.
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“Durante décadas, los libros de neurociencia han enseñado que, tras la amputación de una extremidad, el cerebro se reorganiza: las partes vecinas del cuerpo ocupan la región cerebral que sostenía la extremidad perdida”, explica a este periódico Hunter R. Schone autor principal e investigador en los Laboratorios de Ingeniería Neural de Rehabilitación de la Universidad de Pittsburgh.
Para Schone, esta teoría ha moldeado tanto el pensamiento clínico como el tratamiento del dolor del miembro fantasma: “Nuestro estudio es el primero en rastrear directamente el mapa corporal del cerebro antes y después de la pérdida de alguna parte del cuerpo y descubrimos que se mantiene muy estable. Esto revierte una suposición arraigada sobre la plasticidad cerebral en adultos”.
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Igualmente, describe cómo ha sido posible llegar a estas conclusiones. “Trabajamos con pacientes sometidos a amputaciones de brazo planificadas por razones médicas. Les realizamos escáneres cerebrales antes de la cirugía y repetidamente años después”, narra.
“Mediante resonancia magnética funcional, mapeamos la actividad de los pacientes al mover los labios, los dedos de las manos y de los pies antes de la amputación, y luego les pedimos que movieran los dedos fantasmas que les faltaban después. Tras múltiples análisis, encontramos una réplica casi exacta del mapa original de la mano conservado en el cerebro, incluso años después”, expone.
Los tratamientos para el dolor del miembro fantasma deberían centrarse en los nervios periféricos
Respecto a lo que supone este descubrimiento, el autor asegura que las sensaciones de miembro fantasma “no son un delirio”, sino la expresión de una representación preservada del miembro ausente en el cerebro. “Esto nos obliga a replantear cómo explicamos el dolor del miembro fantasma y a reconsiderar las terapias diseñadas en torno a la premisa de la reorganización cortical”, reseña.
Por ese motivo, insiste en que, clínicamente, los hallazgos sugieren que los tratamientos para el dolor del miembro fantasma deberían dejar de intentar "reparar" mapas cerebrales intactos y centrarse en los nervios periféricos o los mecanismos de la médula espinal.
“Para las interfaces cerebro-computadora, esta noticia es alentadora: incluso años después de la amputación, el cerebro aún conserva un mapa preciso para controlar la mano amputada. Estos mapas preservados podrían servir como una base sólida para restaurar el movimiento e incluso la sensibilidad mediante tecnologías de última generación”, concluye.
El Confidencial