Juan Luis Guerra, patrimonio musical y poético de República Dominicana

El canto de Juan Luis Guerra —ese que hizo del amor una geografía y del merengue y la bachata una lengua universal— resonó anoche en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde se le declaró “Patrimonio musical y poético de la República Dominicana”.
El lauro, entregado por el canciller Roberto Álvarez, simboliza una consagrada e indetenible trayectoria de más de cuatro décadas elevando la música dominicana hasta los rincones más impredecibles del mundo.
“Con su música, Juan Luis ha dignificado lo nuestro. Ha sabido convertir el sonido de nuestras raíces en un lenguaje universal. Su obra trasciende el entretenimiento: es identidad, es puente entre la emoción y un anhelo compartido”, expresó el canciller durante el acto, que contó con la presencia de la primera dama, Raquel Arbaje, y la esposa del artista, Nora Vega.
![[object HTMLTextAreaElement]](https://resources.diariolibre.com/images/2025/10/29/whatsapp-image-2025-10-28-at-233152b34cf3a7-d281d52f.jpg)
A sus 68 años, Juan Luis Guerra escuchó emocionado cómo su historia artística era narrada y analizada por los intelectuales Jochy Herrera, Pedro Delgado Malagón, Soledad Álvarez y César Muñoz, quienes exploraron las raíces literarias y filosóficas de su obra.
Cada uno compartió su primer encuentro con las canciones del maestro y la influencia poética que respira su universo musical, donde se entrelazan ecos de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y la tradición lírica hispanoamericana.
“La metáfora —dijo Soledad Álvarez— es su mayor figura poética. Cuando canta Como abeja al panal, transforma el amor en miel, en dulzura y pureza”.
Jochy Herrera destacó su capacidad para elevar lo popular a la categoría de rito, mientras Delgado Malagón subrayó que sus canciones “han cruzado los océanos sin perder su raíz”.
Desde la mirada del comunicador César Muñoz, la obra de Guerra fue “una identidad modelo en toda Latinoamérica”, capaz de unir culturas a través del ritmo y la palabra.
Entre anécdotas y recuerdos, se evocaron sus inicios en la década de 1970, cuando un joven poeta musicalizaba sus versos. Pasaría casi una década antes de alcanzar su madurez artística, tras su paso por el Berklee College of Music, en Boston, y el nacimiento del grupo 4.40, junto a Roger Zayas, Maridalia Hernández, Mariela Mercado y luego Adalgisa Pantaleón, todos presentes y sonrientes en el homenaje.
“Mis canciones provienen de mi señor Jesús”
Al recibir el reconocimiento, Juan Luis Guerra agradeció con humildad:
“Gracias por tanto cariño, gracias a mi pueblo dominicano. Me siento más que honrado por las palabras de los panelistas y por descubrir, junto a ellos, los acordes de Ojalá que llueva café, que no sabía eran azul y amarillo. Si algo tengo claro es que mis melodías, mis metáforas y mis canciones provienen de mi Señor Jesús”.
La cantante y actriz Adalgisa Pantaleón, exintegrante de 4.40, celebró esta distinción a su amigo.
"La verdad es que Juan Luis Guerra merece todo el reconocimiento de este país. Porque lo que ha sembrado es muy grande y toda la música que ha hecho es siempre pensando en su tierra a través de su poesía y música. Es más que un honor siempre estar muy cerca de él"Adalgisa PantaleónArtista“
El acto culminó con un largo aplauso y los acordes de Rosalía, acompañados de imágenes de sus conciertos más multitudinarios —desde América Latina hasta Europa—, en especial los de su gira “Entre mar y palmeras”, que llenó el Estadio Olímpico Félix Sánchez en 2024. Porque todo comienza y termina aquí, en su tierra dominicana.
Un viaje musicalAntes de convertirse en ícono de la música latina, Juan Luis Guerra soñaba entre libros.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, pero pronto descubrió que su vocación no estaba en las aulas sino entre acordes.
Ingresó al Conservatorio Nacional de Música, y más tarde perfeccionó su formación en Berklee, donde obtuvo su licenciatura en Composición de Jazz, una huella que aún palpita en sus canciones.
De regreso al país, a fines de los años ochenta, irrumpió con un sonido que transformó la bachata y el merengue, mezclando poesía cotidiana, alma social y arreglos inspirados en el jazz y el folk.
Su primer disco, Soplando, marcó el inicio de una carrera inconfundible, pero fue con Ojalá que llueva café (1989) y Bachata rosa (1990) cuando conquistó América Latina y más allá.
Desde entonces, Juan Luis Guerra no solo canta: cuenta historias, inspira y celebra la dominicanidad con cada nota.
Una carrera premiadaSu quinto álbum junto a 4.40, Bachata Rosa, cambió la historia de la música tropical. Alcanzó el primer lugar en Billboard en 1991 y le otorgó, al año siguiente, su primer Grammy al Mejor Álbum Tropical Latino.
- En 2000, en la primera edición de los Latin Grammy, obtuvo dos galardones, incluyendo Mejor Interpretación de Merengue por Ni es lo mismo ni es igual.
Desde entonces, su trayectoria ha acumulado 28 Latin Grammys y múltiples Grammys internacionales, consolidándolo como uno de los artistas más premiados y admirados del continente.
Talento al servicio de los demásMás allá de los escenarios y los premios, Juan Luis Guerra ha convertido su éxito en una forma de ayudar. Su compromiso con la educación y la salud ha dejado una huella tan profunda como sus canciones.
La Fundación Cultural Latin Grammy lleva su nombre en una beca anual que abre puertas a jóvenes talentos de la música latina. Este programa ofrece apoyo financiero a estudiantes excepcionales con recursos limitados que sueñan con formarse en el prestigioso Berklee College of Music, la misma institución que marcó la carrera del maestro dominicano. Pero su generosidad no se queda ahí.
A través de la Fundación Juan Luis Guerra, creada en alianza con el Hospital Infantil Robert Reid Cabral en Santo Domingo, el artista ha impulsado programas médicos que ofrecen esperanza a niños que padecen quemaduras o hidrocefalia.
TEMAS -
Diariolibre


