El papa León XIV se va de vacaciones en julio: así es el lujoso palacio en Roma donde pasará sus días de descanso

A partir del 6 de julio, el papa León XIV disfrutará de un merecido descanso en las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, una pequeña ciudad ubicada a 25 kilómetros de Roma, con una población de aproximadamente 7.000 habitantes.

Durante su estadía de dos semanas, el papa mantendrá algunos compromisos religiosos, como la celebración semanal del Ángelus y ciertas misas, pero suspenderá tanto las audiencias privadas como las generales.

Las vacaciones del papa León XIV retoman una tradición que había sido abandonada por su predecesor, el papa Francisco, quien siempre se mantuvo fiel a su mensaje de sencillez.

Durante su papado, Francisco nunca residió en Castel Gandolfo, prefiriendo en cambio permanecer en el Vaticano. Solía decir que "un papa no se va de vacaciones". La decisión de León XIV de pasar sus días de descanso en las Villas Pontificias marca, por tanto, un regreso a una costumbre que data de cuatro siglos atrás.

Las Villas Pontificias de Castel Gandolfo se convirtieron en residencia veraniega de los papas en el siglo XVI, específicamente en 1596, cuando el Vaticano adquirió el terreno tras una deuda impaga de la familia Savelli.

La propiedad abarca 55 hectáreas, superando incluso la extensión del Vaticano, que tiene 44 hectáreas. El palacio, construido entre 1623 y 1629 por orden del Papa Urbano VIII, es considerado el corazón de las Villas. Frente a la plaza principal de la ciudad, su ala ofrece vistas espectaculares del lago Albano, mientras que los jardines fueron diseñados por el célebre artista barroco Giovanni Lorenzo Bernini, también responsable de las columnas de la Plaza de San Pedro.

A lo largo de los siglos, el palacio ha sufrido diversas renovaciones. En el pontificado de Pío XI, se estableció una granja modelo de 30 hectáreas, destinada a la producción de leche, frutas, olivos y hortalizas, cuyo rendimiento, con unos 800 litros de leche al día, abastece directamente al Vaticano.

Además, el papa Juan Pablo II ordenó la construcción de una piscina, convirtiendo el complejo en un lugar que no solo sirve para la contemplación, sino también para la recreación. En la actualidad, el complejo alberga también un observatorio astronómico.

El dormitorio del papa en las Villas Pontificias se caracteriza por su sencillez: una cama individual, un armario, un escritorio y una pequeña biblioteca que se conecta a una capilla privada.

Sin embargo, el lugar no está exento de lujo, como lo demuestra la capilla de Urbano VIII, que cuenta con frescos del renacentista Federico Zuccaro. Cabe destacar que esta misma habitación fue escenario de eventos históricos, como los últimos días de vida del papa Pío XII en 1958 y del papa Pablo VI en 1978. Además, fue desde este balcón donde Benedicto XVI pronunció su último saludo como líder de la Iglesia católica.