La Dama de Elche vuelve a casa

A las cuatro de la tarde entró en la estación de Port-Bou el tren que conducía las joyas artísticas devueltas por Francia a España entré las que figura 'La Dama de Elche'. Esperaban la llegada, para hacerse cargo del tesoro, el comisario del Patrimonio Artístico Nacional en la zona de Levante, D. Luis Monreal, y el capitán de Artillería al Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico, D. Ángel Olivera, quien ostentaba la delegación del Gobierno español. Al frente de la expedición llegó el conservador del Museo del Louvre y delegado del Gobierno francés, M. Rene Hugues, el cual una vez en Port-Bou, hizo entrega a los comisionados españoles de las 35 cajas, por un peso total de seis toneladas, que contienen el tesoro.
El tren correo llegó a la estación de Barcelona, a las diez y cuarto de la noche. Saldrá para Madrid a las nueve y media.
En Madrid, el embajador de Francia hará entrega oficial de los citados objetos.
El capitán ha manifestado que en esta expedición vienen también los objetos que tenían que entrar en España por la frontera de Irún. Además de la famosa escultura 'La Dama de Elche', han llegado las coronas visigóticas de Guarrazar; las linternas visigóticas oro; la célebre corona de oro y pedrería del Rey Recesvinto; los relieves prerromanos de Osuna; la esfinge ibérica de El Salobral y la colección ibérica procedente de las excavaciones de Calaceite, con un peso de cerca de cinco toneladas, que es la más importante del mundo.
El 12 de febrero, apenas tres días después de la primera noticia, ABC publicó una nueva información sobre la llegada de la Dama de Elche a España: «Dentro de unos días se verificará la entrega oficial a las autoridades españolas del tesoro artístico ahora devuelto por Francia a España. Con la 'Inmaculada' de Murillo y la Dama de Elche, todas las obras que componen ese tesoro figuran en una Exposición que se va a celebrar en el Museo del Prado. Entre las principales obras de arte ibérico que han formado parte de la última expedición están la llamada 'Estela de Apolo', la esfinge de Salobral; un fragmento de estatua de guerrero, una piedra adornada de entrelazados, una ménsula con frontispicio de morueco, un capitel y numerosos bajorrelieves. También figura en este envío una rarísima muestra del arte celta: el célebre fragmento de cadena de oro de Ribadeo, de valor extraordinario por ser única.
El tesoro de Guarrazar, que ha llegado igualmente de Francia, lo forman las seis famosas coronas votivas visigodas (la principal de las cuales es la de Recesvinto). En cuanto a los 52.000 documentos del Archivo de Simancas, entre los que figuran los de la capitulación francesa de Francisco I en la batalla de Pavía, están también, ya en España, procedentes de los archivos franceses en que se guardaban. Ayer, precisamente, llegaron a San Sebastián».
En septiembre de ese mismo año, el redactor de ABC José D. De Quijano publicaba la exposición de lo que llamó 'Dama ibérica' en el Museo del Prado.
«Acaba de instalarse definitivamente en la solariega Sede nacional del Arte, que por derecho propio le correspondía compartir con tantos otros hijos del genio, la inquietante y prodigiosa Dama ibérica, que tras un sueño, más de dos veces milenario, afloró un día -va para medio siglo- de las entrañas de la tierra en la Loma de Alcudia, a la superficie del suelo hispánico, allí donde el palio de las palmeras acuchilla el luminoso azul del cielo de Elche. Y tras del inhumado sueño multisecular, el destierro -¡bochorno nacional!- que enajena de la Patria la gloria de la presencia y posesión de tal prodigio.
Eran días de oscuros presagios, en que la matronil hermosura de una España sedente y sedentaria -sin pulso y sin fe- sosteníase artificiosamente erguida, lo mismo que en su trono, el cadáver de doña Inés de Castro, inminentes el desastre y la total liquidación de un Imperio glorioso. Eran los días trágicamente bobos, de alegre y confiada inconsciencia nacional; y en tocio se advertía -o tal vez es ahora cuando mejor se advierte- que a España le faltaban paladines que defendieran con eficacia la integridad de su patrimonio espiritual.
Y así fue posible la expatriación de La Dama de Elche, apenas despiertos a la luz sus graves y serenos ojos, dos mil años cegados, y desde entonces casi diez lustros abiertos a la admiración de un mundo cosmopolita en tierra extraña. Y así ha sido posible su repatriación inaplazable en esta hora de recuperación nacional de renovados ímpetus y de imperiales sueños en que a España - resurrecta- ya no le falta paladín.
La Dama de Elche volvió a su tierra española, y como reina destronada, restaurada en su Patria y en su trono, ha recibido el homenaje de Madrid en una a manera de recepción popular, previa y simbólica, que ha durado dos meses, provisionalmente instalada en una de las salas bajas del Museo del Prado.
Desde el 27 de junio al 31 de agosto han desfilado ante su grave y hierática hermosura más de treinta mil visitantes que en férvido homenaje dan espontánea y alegre bienvenida.
Y ahora, clausurada la Exposición a fin de agosto, la Dama ibérica ha quedado definitivamente instalada en la galería central del Museo, inapreciablemente enriquecido con ella su fabuloso tesoro artístico, que es el mejor orgullo de Madrid».
ABC.es