'American Buffalo': sueños rotos entre cachivaches

- Texto David Mamet
- Traducción Borja Ortiz de Gondra
- Dirección Ignasi Vidal
- Escenografía y utilería David Pizarro y Roberto del Campo
- Iluminación Felipe Ramos
- Vestuario Sandra Espinosa
- Música Marc Álvarez
- Audiovisuales Stefano di Luca
- Intérpretes Israel Elejalde, David Lorente y Roberto Hoyo
- Lugar Teatro Fernán Gómez, Madrid
«Pinta tu aldea y pintarás el mundo». La frase, atribuida a Leon Tolstoi, se puede aplicar perfectamente a 'American Buffalo', la obra maestra de David Mamet, con la que el dramaturgo estadounidense se dio a conocer hace cincuenta años, primero en su Chicago natal y después en ese escaparate de la escena universal que es Broadway. Mamet es hoy una de las grandes voces de la dramaturgia internacional, con títulos como 'Glengarry Glen Ross' y 'Oleanna', y 'American Buffalo' supuso el primer paso de una carrera brillantísima -no fue su primera obra, pero sí su primer gran éxito-.
'American Buffalo' cuenta una historia muy pequeña; transcurre en una miserable chamarilería de Chicago, y la protagonizan tres desgraciados. Mamet quiso llevar al escenario a las gentes marginales que se encontraba en las calles y hacerlas hablar con su propio lenguaje, que era, dijo el autor, «una herramienta al tiempo de supervivencia como de engaño». Estados Unidos vivía momentos de desencanto. Acababa de salir derrotada de la guerra de Vietnam, que dejó tras de sí una sociedad quebrada; el caso Watergate -que obligó a dimitir nada menos que al presidente de la nación, Richard Nixon- había supuesto un duro golpe y había elevado el grado de desconfianza en el sistema; y además se encontraba sumido en una severa crisis económica.
En este contexto -que algunos ven como un espejo del teatro de Chéjov- sitúa David Mamet a sus tres protagonistas, tres desdichados que intentan sobrevivir como pueden: Donny, el dueño de la chamarilería; Teach, aparentemente sin oficio ni beneficio; y Bobby, un chaval sin excesivas luces y un pasado tal vez marcado por las drogas -lo que no se dice es, en las obras de David Mamet, tan importante o más que lo que se dice-. La preparación, por llamarla de algún modo, del robo de una moneda que Donny ha vendido, sospecha, por mucho menos de su valor, es el hilo conductor de una jornada en la que David Mamet nos muestra con aspereza las miserias de tres personajes acabados, sin otra aspiración que sobrevivir. El «sueño americano» -que es también el «sueño universal»- se ha desvanecido y valores como la lealtad o la dignidad se han convertido en papel mojado. La orilla con la que se soñaba ya no existe y queda simplemente bracear para no hundirse en el agua.
Todo ello lo refleja David Mamet a través, fundamentalmente, del lenguaje de los tres personajes, pretendidamente vulgar, áspero, con diálogos rápidos, fragmentados, por momentos incoherentes -su estilo se conoce como 'Mametspeak'-, pero que, como un iceberg, guarda bajo las palabras un significado aún mayor. No es fácil traducir a David Mamet; no solo por ese estilo personalísimo, sino también por su exigencia de no modificar su texto: ni adaptación ni versión. Borja Ortiz de Gondra ha hecho un trabajo meticuloso y consigue que los endemoniados diálogos suenen crudos y naturales también en castellano.
'American Buffalo' solo puede ponerse en pie si se tiene un gran reparto en la mano. Ignasi Vidal -que sabe reproducir con su puesta en escena el ambiente nervioso, crispado y miserable que pide la obra- cuenta con tres magníficos actores. «Han puesto en mis manos un Ferrari -dijo en la presentación de la obra-... Pero hay que conducirlo»; y Vidal lo ha hecho manteniendo firme el volante. El Ferrari tiene tres nombres: Israel Elejalde, David Lorente y Roberto Hoyo. El primero dibuja con maestría un Teach agitado, locuaz, violento, que contrasta con el pausado e intranquilo -e igualmente brillante- Donny de Lorente. Entre los dos, Roberto Hoyo, un joven y magnífico actor que dibuja con precisión la vulnerabilidad de su personaje.
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