Físicos del MIT concluyen que los huevos se rompen más si caen en vertical

Hay una creencia común entre profesores y divulgadores científicos de que los huevos son menos propensos a romperse al caer en vertical que de lado. Incluso lo sostiene ChatGPT, aludiendo a la forma ovoide de la cáscara y a que la punta tiende a absorber mejor el impacto, por lo que es menos probable que se rompa inmediatamente. Pues parece que no es cierto. Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha concluido justo lo contrario después de destrozar 180 huevos de gallina. El experimento parece digno de un Ig Nobel, esos premios que celebran cada año las investigaciones aparentemente absurdas y humorísticas, pero saca de su error incluso a la inteligencia artificial.
Los ensayos controlados llevados a cabo por Tal Cohen y sus colegas simulan el 'desafío de la caída del huevo', un experimento científico común en las aulas. El objetivo del reto es que los estudiantes eviten que un huevo se rompa al caer desde una altura determinada.
Los investigadores realizaron una serie de 180 pruebas de caída para comparar cómo se rompen los huevos de gallina cuando se orientan verticalmente o de lado. Después de dejar caer 60 huevos desde tres alturas diferentes (8, 9 y 10 milímetros) sobre una superficie dura, observaron que, en promedio, los huevos que caían verticalmente se rompían a alturas de caída más bajas. Más de la mitad de los huevos que caían en vertical desde 8 milímetros se rompieron, sin que importara qué extremo apuntara hacia abajo. Sin embargo, menos del 10 por ciento de los huevos que caían horizontalmente se rompieron desde la misma altura.

Otros 60 huevos se sometieron a pruebas de compresión, que midieron la fuerza necesaria para romperlos vertical y horizontalmente. Si bien se necesitaron 45 newtons de fuerza para romper los huevos en ambas orientaciones, los huevos cargados horizontalmente pudieron comprimirse aún más antes de romperse. Los físicos sugieren que esto significa que los huevos son más flexibles alrededor de su ecuador y, por lo tanto, capaces de absorber más energía en esta orientación antes de romperse.
Los investigadores concluyen en 'Communications Physics' que la razón detrás de la suposición errónea, tan común, de que un huevo que se deja caer verticalmente tiene menos probabilidades de agrietarse reside en una confusión entre las propiedades físicas de rigidez, resistencia y tenacidad. Los huevos son más rígidos cuando se comprimen verticalmente, pero esto no significa necesariamente que también sean más resistentes en esa dirección.
Los autores creen que su trabajo no solo resuelve un dilema sobre huevos, sino que podría tener aplicaciones prácticas en ingeniería, como la respuesta de las estructuras a cargas dinámicas. En casa, uno puedo repetir el experimento antes de hacerse una tortilla.
ABC.es