La democracia en el papel: la realidad constitucional de Turquía y el Reino Unido

Cuando pensamos en la Constitución, la mayoría de nosotros imaginamos un libro de leyes largo y grueso, enumerado en artículos. Se cree que la estructura del Estado, los derechos y libertades de los ciudadanos y los límites de la autoridad están determinados por este texto. Turquía cuenta con un sistema constitucional escrito y detallado gracias a la Constitución de 1982. Sin embargo, en Inglaterra, una de las democracias más antiguas del mundo, el concepto de constitución se aplica de una manera muy diferente. Inglaterra es uno de los pocos países que ha dado forma al concepto de constitución basándose en gran medida en tradiciones y precedentes no escritos. Estos dos sistemas tienen diferencias significativas no sólo en términos de sus sistemas jurídicos sino también en términos de cultura política, historia y estructura social. En este artículo, comparo las estructuras constitucionales de Turquía y el Reino Unido, y analizo las fortalezas y debilidades de ambos sistemas, sus riesgos potenciales y su impacto en la democracia. Porque lo que determina la democracia no son sólo los textos constitucionales, sino también cómo funcionan esos textos y la cultura democrática de la sociedad.
La estructura constitucional de Turquía: ¿escudo o laberinto?
En Turquía, la Constitución está por encima de todas las leyes como la norma jurídica más alta y todas las demás regulaciones deben ajustarse a ella. En teoría, esta estructura pretende proteger fuertemente los derechos y libertades individuales. Sin embargo, la Constitución de Turquía contiene disposiciones bastante detalladas y estrictas. Para cambiar la constitución se requiere una mayoría altamente calificada, a menudo un referéndum; Esto dificulta los procesos de cambio. Esta estructura rígida puede hacer que los poderes políticos busquen flexibilidad a través de medios extraconstitucionales. Los decretos de emergencia, las leyes ómnibus y la presión política sobre las instituciones constitucionales pueden debilitar la función protectora de la constitución con el tiempo. Incluso las decisiones del Tribunal Constitucional pueden ser percibidas a veces por el poder político como consultivas más que vinculantes.
El mayor riesgo en Turquía es la tendencia al “autoritarismo dentro de la legitimidad constitucional”.
La legitimidad surge como el elemento fundamental que asegura la obediencia de los gobernados a los gobernantes, y el poder legítimo se denomina autoridad. En otras palabras, incluso si existe el texto constitucional, puede producirse una regresión democrática por abuso de la voluntad política.
El modelo constitucional no escrito del Reino Unido: entre la flexibilidad y la fragilidad La constitución del Reino Unido no es un texto único y codificado; Es una estructura dinámica formada por la combinación de documentos históricos, decisiones judiciales, leyes y prácticas profundamente arraigadas. Esta estructura tradicional, que se extiende desde la Carta Magna hasta la Declaración de Derechos y la Ley de Derechos Humanos, constituye la base del funcionamiento del Estado. La flexibilidad de este sistema proporciona la capacidad de adaptarse rápidamente a las necesidades sociales y políticas cambiantes. Sin embargo, la misma flexibilidad también permite al poder político que detenta la mayoría en el Parlamento realizar regulaciones restrictivas sobre derechos y libertades. En el Reino Unido, la tarea de revisión constitucional la ejercen predominantemente las costumbres políticas y una cultura de controles y equilibrios institucionales, más que los tribunales. Esta fragilidad se ha manifestado concretamente durante el proceso del Brexit. El intento de suspender los poderes del parlamento fue frenado por la intervención del poder judicial. Esta intervención no se basó en textos constitucionales, sino en la tradición jurídica y la cultura democrática.
El papel determinante de la cultura política La principal diferencia entre Turquía e Inglaterra no es la presencia o ausencia de textos constitucionales; surge de la forma en que funcionan las culturas políticas. En Turquía, la lealtad a la autoridad es alta y la mentalidad de que "el Estado es el padre" es fuerte. Las instituciones a veces se abren a las autoridades personales. La polarización es alta y los cambios constitucionales con frecuencia incrementan las tensiones sociales. En Inglaterra, existe una estructura en la que las tradiciones institucionales y la cultura de control están internalizadas y los mecanismos de equilibrio están más establecidos. Pero cuando la madurez democrática se erosiona, esta estructura puede deteriorarse rápidamente.
¿Leyes o cultura?
Si bien los textos constitucionales son herramientas importantes para proteger los derechos y las libertades de la sociedad, el verdadero factor determinante es la cultura democrática y la resistencia institucional. La democracia no es sólo cuestión de normas escritas; vive con la conciencia social, la responsabilidad política y la cultura jurídica que les da vida.Los diferentes modelos constitucionales de Turquía e Inglaterra nos muestran la misma verdad básica: no son las leyes sino la cultura jurídica lo que mantiene viva la democracia.
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