Informe genera alarma: 63% por debajo del objetivo

El informe señala que solo el año pasado se perdieron permanentemente 8,1 millones de hectáreas de bosque. También destaca que el límite anual se superó en más de 3 millones de hectáreas.
“La brecha entre las promesas y la realidad crece cada año”, afirmó Erin Matson, autora principal del estudio, y agregó que los bosques proporcionan una infraestructura vital no solo para la naturaleza sino para toda la humanidad.
Estos sorprendentes hallazgos se dieron a conocer justo antes de la Cumbre del Clima COP30, que se celebrará en la Amazonia en noviembre, donde los bosques serán un tema central de la agenda.
SE HICIERON FIRMAS, NO SE TOMARON MEDIDASLa Declaración de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra, firmada por los líderes mundiales en 2021, se comprometió a detener la pérdida de bosques y restaurar 350 millones de hectáreas de tierra para 2030. Sin embargo, los últimos datos muestran que este objetivo está un 63 % por detrás y la deforestación se está acelerando en algunas regiones.
En 2024, los incendios forestales destruyeron 6,7 millones de hectáreas. Los incendios en América Latina, el Sudeste Asiático y África liberaron 3.100 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, equivalentes al 150 % de las emisiones anuales del sector energético estadounidense.
“Los bosques degradados pueden desaparecer más rápido que aquellos que se talan, pero esa destrucción a menudo pasa desapercibida o no se denuncia”, dijo el experto en clima Ivan Palmegiani, destacando los desafíos del monitoreo.
LA ECONOMÍA ESTÁ EN EL CORAZÓN DEL PROBLEMASegún el informe, mientras que se asigna un promedio de 5 000 millones de euros anuales a la protección forestal, se subvencionan 353 000 millones de euros a las industrias que los destruyen. Este desequilibrio apunta a un problema sistémico.
“Estamos estancados en soluciones superficiales que lucen bien en el papel pero no cambian el sistema”, dice Franziska Haupt de Climate Focus, enfatizando que el orden económico actual recompensa la deforestación.
TAMBIÉN HAY PASOS QUE DAN ESPERANZAA pesar del pesimismo, hay destellos de esperanza. Brasil ha logrado frenar la deforestación en la Amazonia bajo el presidente Lula y ha establecido nuevos fondos para asegurar la financiación privada. La República Democrática del Congo ha reconocido los derechos de los pueblos indígenas con su nueva ley de tierras.
Además, los países de América Latina continúan implementando el Acuerdo de Escazú, que protege los derechos ambientales. La "Hoja de Ruta para la Financiación Forestal", anunciada por 34 países antes de la COP30, busca cerrar un déficit de financiación anual de 58 000 millones de euros.
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