Reveladas similitudes milenarias en la valoración del valor de las partes del cuerpo humano

Los códigos legales antiguos y la gente moderna comparten intuiciones comunes sobre las lesiones más peligrosas
El principio de "ojo por ojo, diente por diente" se ha consolidado durante milenios como un arquetipo de justa retribución por el daño. Ahora, nuevas investigaciones realizadas por lingüistas, historiadores y antropólogos han revelado cómo las sociedades, desde la antigüedad hasta la actualidad, evalúan el valor de las diferentes partes del cuerpo. Los psicólogos que estudian la valoración exploran otra posibilidad: sugieren que las leyes de las lesiones corporales se basan en intuiciones compartidas sobre el valor de ciertas partes del cuerpo.

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La pregunta central del estudio fue descubrir si las personas de diferentes culturas y períodos históricos están de acuerdo sobre qué partes del cuerpo se consideran más o menos valiosas.
"La vida sin dedos en los pies es un inconveniente, pero la vida sin cabeza es imposible. ¿Tiene la gente una comprensión intuitiva de esta jerarquía de valores?", explican los investigadores.
Según los psicólogos, en casos de lesiones múltiples, es el conocimiento del valor de las partes del cuerpo lo que permite destinar los recursos limitados al tratamiento del órgano más importante. Este mismo conocimiento desempeña un papel clave en las negociaciones para obtener una indemnización por los daños causados.
"Para evitar más conflictos, la demanda debe basarse en el valor generalmente aceptado de la parte del cuerpo perdida, lo cual se ve fácilmente en la proporcionalidad precisa de las leyes antiguas, ya sea ojo por ojo o multas monetarias, como en el Código de Ur-Nammu, donde una nariz cortada se castigaba con 20 veces el valor de un diente arrancado", comentan los investigadores.
Para comprobar la hipótesis de la existencia de dicha intuición universal, los investigadores realizaron un estudio con 614 personas de Estados Unidos e India. Los participantes, sin formación médica ni jurídica, calificaron diversas partes del cuerpo respondiendo preguntas sobre la dificultad para funcionar sin ellas, la indemnización que pagarían por su pérdida y la ira que sentirían si sufrieran daños. Las partes del cuerpo seleccionadas aparecían en códigos legales de cinco culturas y épocas diferentes, desde las leyes del rey Ethelberto de Kent en el año 600 d. C. hasta las leyes modernas de compensación laboral en Estados Unidos, Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos.
Los resultados fueron asombrosos. Las estimaciones del valor de las partes del cuerpo realizadas por la gente común coincidían prácticamente con las prescripciones de las leyes creadas en diferentes culturas y épocas.
"Cuanto más valoraban los participantes estadounidenses e indígenas una parte del cuerpo, mayor era su valor tanto en las antiguas leyes anglosajonas o suecas como en las modernas coreanas o emiratíes", explican los expertos. Por ejemplo, tanto los legos como los legisladores han considerado unánimemente que el dedo índice es más valioso que el anular a lo largo de los siglos, y que un ojo es más valioso que una oreja.
Además, las evaluaciones demostraron precisión funcional: la pérdida de un órgano entero se calificó como más grave que la pérdida de parte del mismo, y las lesiones múltiples se calificaron como más graves que las lesiones individuales.
"Esto es totalmente coherente con la lógica de las leyes antiguas que prescribían multas más altas para las heridas que provocaban una discapacidad permanente", concluyen los investigadores.
mk.ru