Megatsunami de olas gigantes sacudió la Tierra: sismólogos señalan tendencia alarmante

En los últimos años, los científicos han estado observando señales sísmicas inusuales que se repetían cada 90 segundos durante casi nueve días antes de desaparecer repentinamente. Investigaciones recientes, basadas en datos satelitales de última generación, finalmente han arrojado luz sobre los misterios marinos, confirmando la existencia de megatsunamis gigantes que sacuden fiordos de hielo y crean poderosas ondas estacionarias llamadas seiches.
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Todo comenzó con un análisis de datos sísmicos registrados en todo el mundo. A lo largo de nueve días, los científicos observaron señales repetidas que no podían explicarse por terremotos o tormentas comunes. Los expertos sugirieron que la causa podría ser tsunamis gigantes, causados por el derretimiento de los glaciares y el posterior colapso de las masas de hielo en remotos fiordos árticos. En particular, en el fiordo Dikson, en el este de Groenlandia, se produjeron dos grandes deslizamientos de tierra que provocaron poderosas olas de entre 7,4 y 8,8 metros de altura, que, al no encontrar salida, movieron el agua de un lado a otro durante varios días.
Para aclarar, estas ondas, conocidas como seiches, son ondas estacionarias que se forman en fiordos estrechos y profundos cuando grandes trozos de hielo y roca chocan, creando fuertes vibraciones. Sin embargo, debido a la lejanía de la región y a la falta de observación constante, nadie ha presenciado estos eventos. Ni siquiera un buque militar que visitó el fiordo tres días después del colapso inicial registró rastros de tsunami.
Para confirmar la hipótesis, los científicos recurrieron a tecnologías modernas de cartografía satelital. Este singular satélite es capaz de medir la altura de la superficie del agua con una precisión sin precedentes. Este dispositivo permite registrar incluso las fluctuaciones más pequeñas del nivel del agua, algo que antes era imposible debido a las limitaciones de resolución.
El satélite tomó mediciones durante varios días después del evento, y los resultados fueron asombrosos: el nivel del agua en el fiordo subió y bajó dos metros, formando una gigantesca ola estacionaria que se movía de un lado a otro. Los datos confirmaron la existencia de un seiche, algo que hasta entonces solo se sospechaba.
Al combinar datos satelitales con mediciones sísmicas, los científicos pudieron rastrear la evolución de los eventos y establecer una relación directa entre las olas gigantes y las vibraciones sísmicas. El análisis demostró que el derretimiento de los glaciares y los posteriores desprendimientos de rocas en el fiordo Dikson causaron potentes tsunamis que, al no poder escapar, generaron ondas estacionarias capaces de sacudir la Tierra y que fueron registradas por sismómetros de todo el mundo.
“Esta investigación demuestra cómo la tecnología satelital de última generación puede ayudar a descubrir partes de la naturaleza que antes parecían inaccesibles a la observación”, afirma el oceanógrafo Thomas Adcock. Adcock enfatiza que estos datos permiten a los científicos una nueva perspectiva sobre los fenómenos extremos en el océano y las regiones heladas, como las mareas de tempestad, las mareas de tempestad y las anomalías.
“Para aprovechar al máximo el potencial de estos datos, necesitamos implementar métodos de análisis innovadores como el aprendizaje automático y profundizar nuestra comprensión de la física de los océanos”, afirmó.
Las nuevas tecnologías permiten no sólo registrar lo que sucede, sino también modelar posibles escenarios de desarrollo de eventos, lo que es importante para prevenir y minimizar las consecuencias de los desastres naturales.
“El cambio climático está provocando nuevos extremos nunca antes vistos, especialmente en regiones remotas como el Ártico”, afirmó el ingeniero Thomas Monahan. “El uso de datos satelitales de última generación supone un cambio radical para comprender los procesos oceánicos y ayudarnos a prepararnos mejor para los desafíos futuros”.
mk.ru