Buzos encuentran una metrópolis perdida con referencia a una famosa historia bíblica

Los arqueólogos han descubierto una gran cantidad de artefactos de una ciudad hundida de 2.000 años de antigüedad frente a la costa de Egipto, incluyendo uno que lleva el nombre de un faraón bíblico. Las excavaciones submarinas en la bahía de Abu Qir han revelado estatuas, restos de casas, templos, talleres artesanales y estanques de peces, lo que confirma que el sitio fue una vez una ciudad próspera.
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Entre los hallazgos se encontraba una esfinge colosal de cuarcita que representa a Ramsés II, a quien algunos historiadores identifican como el faraón del relato bíblico del Éxodo, cuando Moisés guió a los israelitas fuera de Egipto, según informa el Daily Mail. También se descubrieron un coloso de granito de un hombre desconocido de la época ptolemaica y una estatua de mármol blanco de un aristócrata romano, así como talleres artesanales, embalses excavados en la roca y estanques de peces.
Los investigadores también mapearon un barco comercial, grupos de anclas de piedra y la base de una grúa portuaria, arrojando luz sobre la agitada actividad que alguna vez tuvo lugar a lo largo de la rama canópica del Nilo.
Los funcionarios egipcios especulan que el sitio puede haber sido parte del puerto perdido hace mucho tiempo de Canopus, un importante centro comercial, religioso y de lujo durante los imperios ptolemaico y romano de Egipto.
La era ptolemaica duró casi 300 años, seguida del dominio romano, que duró unos 600 años, según informa el Daily Mail. Con el tiempo, los terremotos y la subida del nivel del mar hundieron gradualmente la capital en el fondo del Mediterráneo, dejando sus tesoros bajo el agua durante milenios.
El ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Sherif Fatah, declaró: «Hay mucho bajo el agua, pero lo que podemos recuperar se limita a materiales específicos según criterios estrictos. El resto formará parte de nuestro patrimonio sumergido».
La esfinge colosal con su cartucho real no sólo identifica a Ramsés II, sino que también proporciona nuevos conocimientos sobre la artesanía y la técnica de la escultura real durante su reinado en el siglo XIII a. C.
Ramsés II, conocido por sus estatuas monumentales y hazañas militares, es ampliamente conocido entre los historiadores y la cultura popular como el faraón que esclavizó a los israelitas en la historia bíblica del Éxodo. Según el relato bíblico, Moisés sacó a los israelitas de Egipto abriendo el Mar Rojo y guiándolos hacia la Tierra Prometida. Si bien la historia está envuelta en leyenda, el descubrimiento de una esfinge que lleva el nombre de Ramsés II añade un vínculo tangible con esta historia antigua.
Las excavaciones en Abu Qir, la primera gran operación submarina de Egipto en 25 años, resaltan el compromiso continuo del país con la protección de su patrimonio cultural único y brindan una visión poco común de la grandeza de sus ciudades sumergidas.
Sherif Fathi calificó la operación como un "hito notable" en los esfuerzos de Egipto por preservar su patrimonio cultural único.
Canopo fue una importante ciudad y puerto marítimo del antiguo Egipto, situada cerca del delta occidental del Nilo, al este de la actual Alejandría, según informa el Daily Mail. El puerto y los canales fluviales de la ciudad facilitaban el comercio con Grecia, Roma y otros países mediterráneos, transportando mercancías como grano, cerámica y artículos de lujo. Canopo también era famosa por sus templos, festivales religiosos y entretenimiento, y albergaba un templo dedicado al dios Osiris. Como nos recuerda el Daily Mail, Osiris era el antiguo dios egipcio del inframundo, la muerte, el renacimiento y la agricultura.
Durante el dominio romano, la ciudad se convirtió en un refugio para ciudadanos y gobernantes adinerados, conocida por sus jardines, lujosas villas y majestuosa arquitectura. Sin embargo, Canopo fue decayendo gradualmente debido a terremotos, tsunamis y la subida del nivel del mar. A finales del siglo II a. C., partes de la ciudad fueron destruidas y, con el tiempo, gran parte quedó sumergida en el mar Mediterráneo, mientras que otras quedaron sepultadas bajo sedimentos cerca del golfo de Abu Qir.
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