Un pedazo de la Luna en cada casa

Vivimos inmersos en una sociedad de la información en la que la espuma de las noticias ya no resiste ciclos de 24 horas. Los interminables pergaminos parecen una renovación del mito de Sísifo.
Pero en tiempos de miopía puede ser útil adoptar una perspectiva cósmica.
A través de la lente de la astronomía podemos quedar deslumbrados por los cuerpos celestes y los fenómenos que ocurren en el universo.
Y hay cada vez más descubrimientos fascinantes. Destaco las recientes imágenes de Marte publicadas por la Agencia Espacial Europea (ESA).
En el sitio web de la ESA, se pueden ver imágenes 3D del planeta rojo recopiladas por Mars Express, que ha estado capturando y explorando los numerosos paisajes de Marte desde su lanzamiento en 2003. Durante más de dos décadas, la sonda ha estado cartografiando la superficie del planeta con una resolución sin precedentes, en color y en tres dimensiones, revelando información que ha cambiado drásticamente nuestra comprensión de nuestro vecino planetario.
Y el universo es fuente de inspiración y discernimiento, incluso en los lugares más insólitos.
En el reciente segundo volumen de su autobiografía, Bill Clinton describe un episodio que refleja este realineamiento de prioridades. En su libro “Ciudadano” el ex presidente demócrata recuerda una historia interesante.
En su primera caminata lunar, Neil Armstrong recogió varias rocas lunares. Posteriormente se determinó que uno de estos fragmentos de la Luna tenía unos 3.600 millones de años. Cuando el astronauta visitó la Casa Blanca en 1994, en el marco de la celebración del 25º aniversario del alunizaje, Bill Clinton preguntó si podía conservar temporalmente la roca hasta el final de su mandato.
Tras la autorización, Clinton colocó el trozo de luna sobre la mesa justo en el centro de la famosa Oficina Oval. Siempre que las discusiones del equipo se acaloraban y se necesitaba algo de luz y perspectiva, interrumpía los debates diciendo (mi traducción libre): «Un momento. ¿Ves esta roca? Tiene 3.600 millones de años. Solo estamos de paso. Tranquilicémonos y terminemos esto».
Por lo tanto, y sin ignorar las legítimas dificultades de cada día (especialmente importantes para los más frágiles), creo que puede ser útil en estos tiempos de tensión y división recordar a Carl Sagan: «El cosmos está dentro de nosotros. Estamos hechos de materia estelar. Somos una forma para que el universo se conozca a sí mismo».
observador