El funeral del "rey de los presentadores" atrae a una multitud en Italia

Cientos de personas dieron el último adiós al presentador Pippo Baudo, un ícono de la televisión italiana que falleció el sábado pasado (16), a los 89 años, en el funeral celebrado en su ciudad natal, Militello, en Val di Catania, este miércoles (20).
La multitud despidió al italiano en la iglesia de Santa Maria della Stella, en Sicilia, donde se erigió una capilla para el féretro. La ceremonia fue presidida por el obispo de Caltagirone, monseñor Calogero Peri, y asistieron 16 sacerdotes, entre ellos el párroco Giuseppe Luparello y el director espiritual Giulio Albanese.
Entre las personalidades presentes se encontraban el presidente del Senado italiano, Ignazio La Russa, el ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, el subsecretario de Cultura, Gianmarco Mazzi, y el gobernador regional, Renato Schifani.
Empezó en esta parroquia como monaguillo. Luego trabajó como artista, músico y presentador en el teatro parroquial. Quiero señalar que no todos pueden decir: "Empecé en Militello, mi pueblo, y quiero terminar allí". Es una gran señal, dijo Luparello.
Conocido como el "rey de los presentadores", Pippo Baudo conquistó el cariño del público con los programas musicales "Settevoci" (1966-70) y "Canzonissima" (1972-73), ambos en la RAI, y se hizo famoso por presentar 13 ediciones del Festival de San Remo (1968, 1984-85, 1987, 1992-96, 2002-03 y 2007-08).
En uno de ellos, en 1993, presentó al público a la cantante Laura Pausini, quien siempre lo consideró un "segundo padre". A lo largo de su carrera, Baudo presentó numerosos programas de variedades en televisión, una trayectoria que le valió en 2021 el título de Caballero de la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la República Italiana, la máxima condecoración del país.
Durante su homilía, Albanese recordó que poco antes de morir, Baudo "confesó que el éxito -y él, como sabéis, tuvo mucho- no basta para llenar el corazón".
"El éxito no basta para hacerte feliz", dijo el director espiritual del presentador, subrayando que Baudo "ciertamente gozó de la simpatía del público y de la alegría de entrar, con gracia y habilidad, en las casas de millones de italianos".
La ceremonia de despedida se transmitió en directo por la televisión italiana y fue vista por numerosos espectadores en pantallas gigantes en el exterior de la iglesia. Tras el funeral, el féretro fue trasladado al cementerio de Militello para su entierro en la capilla de la familia Baudo.
-
Una multitud se reúne en una iglesia en la ciudad natal de Pippo Baudo.
Foto: ANSA / Ansa - Brasil
terra