Más que una fuente y el Coliseo, Roma prepara una atracción que hará las delicias de los turistas.

Roma sigue los pasos de París y también pretende convertir su río en una auténtica atracción turística. Aunque bañarse en el Tíber está actualmente prohibido y severamente castigado, se espera que esto cambie en los próximos cinco años. El alcalde de la capital italiana, Roberto Gualtieri, ha anunciado que, en el futuro, el río será completamente seguro para el baño. Una medida similar se adoptó el año pasado en París, donde las autoridades autorizaron la creación de zonas de baño públicas después de un siglo.

Roma permitirá bañarse en el Tíber

En pocos años, los turistas que visiten Roma podrán disfrutar de las zonas de baño públicas construidas en el río. Para finales de la década, la ciudad planea sanear el Tíber y hacerlo completamente seguro para el baño. El alcalde Roberto Gualtieri confirma que se ha creado un consejo especial para este fin. También se han calculado los costes preliminares, y se espera que sean significativamente inferiores a los del Sena, que se convirtió en una zona de baño el año pasado antes de los Juegos Olímpicos de París. «Estos costes probablemente serán inferiores a 1.400 millones de euros», informa Reuters.

Playas de Roma

Hoy en día, nadar en el río más caudaloso que atraviesa Roma puede costar una fortuna. Nadar en el Tíber es ilegal desde la década de 1960, y las multas por infringir la prohibición pueden alcanzar varios cientos de euros.

Sin embargo, esto no significa que los turistas no puedan refrescarse en el agua en los calurosos días de verano. La costa del Lacio es fácilmente accesible desde la capital italiana: la playa más cercana, a solo treinta minutos en tren del centro, está en Ostia, un distrito costero a orillas del mar Tirreno donde muchos lugareños pasan sus vacaciones anuales. No es necesario reservar traslados especiales, ya que un billete sencillo de transporte público te llevará hasta allí.

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