Superyates retenidos y un millonario gasto derivado de la guerra entre Rusia y Ucrania

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Tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, varios sectores se vieron afectados. Entre ellos, algunos bastante inusuales como la industria de los superyates, la cual ha acarreado a los gobiernos complicaciones legales y financieras derivadas de las detenciones.
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Un ejemplo de ello es el Phi, una embarcación rusa valorada en 50 millones de dólares que se encuentra varada desde hace tres años en un puerto en Londres (Reino Unido). El lujoso bote fue incautado tras culminar su primer viaje a raíz de este conflicto bélico.
El Phi no ha logrado 'levar anclas' debido a una legislación que permite al gobierno británico retener embarcaciones vinculadas a Rusia. La normativa tiene como objetivo presionar a la élite de ese país, motivo por el cual varios barcos han tenido que enfrentar el mismo destino.
Este caso en particular ha pasado por el Tribunal Superior y el Tribunal de Apelación, y ahora ha llegado a la Corte Suprema. La defensa argumenta que la retención del superyate viola su derecho legal a disfrutar pacíficamente de su propiedad.
Pero, más allá de los problemas legales, el verdadero dolor de cabeza proviene del mantenimiento que requieren estas embarcaciones, tarea que, en algunas situaciones, debe ser asumida por los gobiernos que han aplicado la retención.
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La labor de preservación y cuidado de este tipo de vehículo generalmente equivale a al menos al 10% de su valor cada año. Esto puede significar millones de dólares anuales, dependiendo del tipo de barco.
De acuerdo con información de 'BBC Mundo', en Italia, por ejemplo, se informa que las autoridades han gastado más de 30 millones de dólares desde marzo de 2022 en mantener el Sailing Yacht A, un superyate valorado en 600 millones de dólares y cuyo propietario está sancionado.
Otras naciones, como la misma Ucrania, también han tenido que hacerle frente a este problema. Por poner un ejemplo, desde hace tres años han intentado, sin éxito hasta ahora, vender el superyate Royal Romance, vinculado a Rusia y retenido en Croacia.
Lo anterior se debe a varios factores como los problemas legales y los costos que esto implica, lo que podría estar disuadiendo a los compradores para abstenerse de concretar el negocio.
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