El espectacular castillo que fascinaba a Giorgio Armani, el fantasma del cocinero y el restaurante donde comía el diseñador

Desde la semana pasada, el famoso diseñador Giorgio Armani descansa junto a sus padres y su hermano en el cementerio de un pequeño pueblo del norte de Italia.
En las laderas de Val Trebbia, un valle que se extiende por las regiones de Emilia-Romaña y de Liguria, está Rivalta, una aldea de la zona de Piacenza (o Plasencia). Es el lugar con el que Armani tenía un fuerte vínculo -había nacido en Piacenza en 1934- y donde le encantaba descansar de su vida ajetreada.
Particularmente, el diseñador estaba fascinado con el Castillo de Rivalta (a 20 minutos en auto de Piacenza), una espectacular mansión noble rodeada de un gran parque y propiedad del Conde Orazio Zanardi Landi, presidente de la Asociación Castelli del Ducato (que resguarda como tesoros de la historia varios palacios y castillos de las provincias de Parma y Piacenza, Emilia-Romaña).
"Giorgio Armani tenía un cariño especial por nuestro pueblo de Rivalta, donde le encantaba descansar", comentó el conde Zanardi Landi. Y recuerda que, en una suerte de ritual, cada vez que se encontraban, Armani le preguntaba "¿Me venderías el castillo?". El conde siempre tenía la misma respuesta: solo lo vendería si fuera necesario.
Así rememora sus encuentros con el diseñador, que también tenía sus particularidades. Por ejemplo, no le gustaba que lo fotografiaran cerca del conde porque tenía "complejo de altura". Es más, cuando organizó la boda de su sobrino, Armani mandó a levantar barreras en el pueblo, que luego el conde se encargó de retirar rápidamente.
El Castillo de Rivalta está en manos de la familia Zanardi Landi, un apellido con varios siglos en la zona: a comienzos del 1300 Obizzo Landi compró las ruinas del castillo a la familia local que lo ocupaba, y lo reconstruyó a modo de fortaleza.
Esta joya de la historia y la arquitectura actualmente abre al público tanto para visitas turísticas como para eventos sociales.
El castillo ofrece visitas guiadas. Foto Shutterstock
Los visitantes pueden recorrer gran parte de las 50 habitaciones con muebles de época, incluido el Salón de Armas, los museos de arte sacro, de la exploración y de las costumbres militares. Todo es con visita guiada dado que la familia aún vive en el castillo.
Como muchos de estos edificios antiguos, aquí no faltan las historias de fantasmas. Como el de Pedro Zanardi Landi, uno de los antiguos herederos del castillo que fue asesinado -dicen que como parte de una disputa de la herencia con Galván Landi- y su espíritu estuvo vagando por los pasillos y salones hasta que, a fines del siglo XIX, el castillo regresó a manos de una rama de su familia.
Otro fantasma que merodea es el de José, cocinero de la familia en tiempos del 1700, asesinado por el mayordomo, quien se quiso vengar porque el cocinero había acosado a su esposa.
- Las visitas guiadas pueden ser de media hora, una hora o dos horas (10, 12 y 40 euros). Hay que tener en cuenta que para visitas de lunes a viernes entre noviembre y febrero es necesario reservar y se cobra un adicional (www.castellodirivalta.it/).
En Rivalta está la Locanda del Falco, un restaurante muy querido y frecuentado por el diseñador, un sitio desbordante de familiaridad y autenticidad, para almorzar o cenar.
"Hoy me despido del Sr. Armani, el hombre discreto y amable que un día, hace muchísimos años, le regaló a Rina, mi madre, una pequeña pantalla de lámpara para suavizar la luminosidad de la pequeña habitación donde le encantaba ser recibido, aquí en Rivalta", posteó Sabrina, la propietaria de la Locanda, en la cuenta de Instagram del local.
"Desde entonces, quizá en 1978, muchas de nuestras decisiones han tenido en cuenta su opinión, y con el tiempo, nuestra admiración por el extraordinario creador de belleza se ha impregnado de cariño y discreta atención", agregó.
Por su parte, Simone Fornasari, presidente del área de turismo de Visit Emilia comentó: "Más allá del artista y su genio creativo, recordamos a un hombre de extraordinaria sensibilidad, que supo preservar y reconocer el valor de sus raíces".
Y agregó: "Su conexión con Rivalta da testimonio de esa dimensión auténtica y humana que ningún escenario podrá jamás reemplazar. Ahora Armani regresa idealmente a esas piedras de Trebbia que inspiraron su inconfundible greige (una mezcla de gris y beige arena), color que marcó la historia de la moda y ha hecho que su nombre sea eterno".
El coche fúnebre llega a la iglesia de San Martino, para la ceremonia privada, en Rivalta. Foto REUTERS/Gonzalo Fuentes
Tras una ceremonia íntima en la iglesia de San Martino, el diseñador fue enterrado en el pequeño cementerio del pueblo medieval, rodeado de las mismas piedras antiguas que, en cada visita, le hacían soñar con convertirse, al menos por un día, en el propietario del Castillo de Rivalta.
Clarin