El primer desafío de la comisión de los tres eclipses: precisar la afluencia masiva en el de 2026
Tras haber creado este martes la comisión interministerial para el trío de eclipses 2026-2027-2028 en España, el Gobierno pretende dar un rápido impulso al plan nacional para garantizar la seguridad durante la observación de estos “fenómenos astronómicos extraordinarios”. El secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cigudosa, va a convocar para el 28 de agosto la primera reunión de este grupo de trabajo que reúne a 13 ministerios, según ha confirmado el de Ciencia a EL PAÍS.
El real decreto que acaba de aprobar el Consejo de Ministros establece un plazo de un mes para que se constituya la comisión interministerial. Y ni un día más pretende esperar el que será su presidente, Cigudosa, para que este grupo inicie sus trabajos. El tiempo apremia, a falta de poco más de un año para el primero de los eclipses totales de ese trío, que cruzará en diagonal el norte de España y se prevé que provoque una afluencia masiva de visitantes. “Determinar el número de personas que puede movilizar este evento en 2026 será una de las prioridades de esa primera reunión”, según fuentes del Ministerio de Ciencia.
El texto del real decreto recién aprobado menciona una estimación de la mínima repercusión prevista, mencionando “la afluencia de centenares de miles personas, especialmente en las franjas donde los dos primeros eclipses se podrán ver como totales”. Sin embargo, todos los expertos consultados por este periódico coinciden en que no serán solo cientos de miles, sino varios millones de personas, las que querrán contemplar la ocultación total del sol por el disco de la luna, al final del atardecer del 12 de agosto de 2026.
A la expectación cada vez más masiva que despiertan los eclipses —como se pudo comprobar en los dos últimos en Norteamérica—, estos expertos señalan que para la mayoría de los europeos vivos esta será una ocasión única en su vida. No solo es que en la España peninsular no se haya visto un eclipse total desde 1905. Es que hasta 2081 no volverá a pasar lo que pasó en 1999, que uno cruzó múltiples países del viejo continente. El de 2026 solo atraviesa como total un país del mundo: “Este eclipse total será en España, y en agosto. Vamos a tener aquí a media Europa”, explicaba a este periódico José Jiménez, director de la empresa de turismo astronómico AstroÁndalus.
Al anunciar la comisión interministerial que va a encabezar, el Ministerio de Ciencia avanza que “será necesario, por ejemplo, garantizar una movilidad segura, ya que se prevén desplazamientos masivos hacia las zonas donde mejor pueda observarse el eclipse total”. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que coliderará ese grupo de trabajo, tendrá un papel clave en el dispositivo especial, que también requerirá la implicación de Protección Civil y de la DGT. “Además, se deberá habilitar con servicios mínimos (suministros de agua y comida) los lugares donde un gran número de personas pueda acceder con sus coches a observar los eclipses. También se deberá prever el alto riesgo de incendios en estas aglomeraciones o proteger la vista de quienes acudan”, advierte el Gobierno.
Un mapa para la observación seguraSolo estimar con realismo la afluencia de visitantes para el eclipse del verano que viene requerirá la participación de buena parte de los 13 ministerios que componen la comisión recién creada, y entre los que están Interior, Defensa, Industria y Turismo, o Política Territorial. En paralelo, el otro gran desafío inicial de organización será “aterrizar un primer mapa de los lugares más seguros desde donde verlos”.
Si el Instituto Geográfico Nacional (IGN) ya ha hecho públicos este mismo mes los mapas oficiales del trío de eclipses 2026-2027-2028, estos son solo una primera aproximación para el ciudadano. Indican si en una localidad, o incluso calle concreta, el eclipse será total, a qué hora y si será visible ahí. Eso en teoría; porque en la práctica, recuerdan los expertos, con el sol ya tan bajo al atardecer como estará durante el eclipse total de 2026, es fácil que obstáculos como árboles o edificios, y el relieve geográfico en el horizonte, impidan la visión. Ninguno de esos detalles finos aparecen por ahora en los mapas del IGN.
Y, por último, está la meteorología. En el caso ideal de que la población tenga elegido con antelación un punto de observación oficial del eclipse, una previsión de cielos nublados puede hacer cambiar de lugar a muchos miles de personas a última hora. Los eclipses van a movilizar casi tantos ministerios como el Mundial 2030, pero con unos desafíos de organización y logística que no tienen precedentes: “Debido a lo imprevisible de las condiciones meteorológicas, es como si no supiéramos dónde se va a celebrar la gran final del Mundial hasta unas horas antes”, en palabras del astrofísico Alejandro Sánchez.
EL PAÍS