Zoe Gustavia Anna Whalen llama a todas las mujeres brujas

Zoe Gustavia Anna Whalen ha estado pensando mucho en la época medieval últimamente. Y no solo por el tecnofeudalismo que se ha apoderado de nuestro mundo. Para su desfile de otoño de 2025, colaboró con el artista Vasaris Balzekas en placas de armadura surrealistas, que sirvieron como contraste a sus delicados vestidos con corsé. Whalen siempre había sido reacia al motivo, pero, dice, "Vivimos en una época increíblemente violenta y estamos expuestos a mucha brutalidad. Pensé que sería impactante explorarlo visualmente y no dudar en comentar sobre la época que vivimos, que es bastante oscura". Celebrado en Performance Space New York en el East Village, el desfile a la luz de las velas terminó dramáticamente, con la diseñadora apagando cada llama.

Un vistazo a la colección otoño 2025.
La Edad Media no es el único período histórico que la diseñadora, residente en Brooklyn, ha explorado en su obra: a lo largo de la corta historia de su marca, ha aparecido en ella todo tipo de prendas, desde enaguas y corsés victorianos hasta alforjas del siglo XVII. Le fascinan las diferentes formas de modificación corporal que hemos visto a lo largo de los siglos y el dilema de cómo incorporarlas en la vestimenta contemporánea.
Whalen no siempre se vio en la moda. Al crecer en Massachusetts, se sumergió en el movimiento de "unschooling", que anima a los estudiantes a perseguir libremente sus propios intereses. A los 12 años, aprendió a coser en un círculo local de costura femenina. Recuerda haber pensado: "No tengo ni idea de cómo voy a conectar mi lado hippie, que literalmente trepa árboles descalza", con la industria de la moda. Cuando empezó a trabajar para la marca Eckhaus Latta , con influencias artísticas, comprendió que no necesitaba negar esa faceta para triunfar.

Whalen fundó su propia marca y elabora sus etéreas creaciones con telas de retales, sábanas recicladas y lino encontrado, entre otros materiales. Se siente atraída por estos recursos no solo por su sostenibilidad, sino porque la transportan a una tradición artesanal más antigua, donde las personas conservaban los artículos durante generaciones. "Creo que podemos crear esta propuesta de futuro sostenible no a través de la materialidad de las cosas, sino a través de nuestra relación emocional con estas piezas", afirma. "Creo que es la única manera de conseguir que la gente consuma menos".
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