Valentina Quintero debuta en el Museo de Arte Moderno con ‘Un día en la vida’

Valentina Quintero, mendocina, 27 años, artista y performer de la galería Valeries factory, es la nueva niña mimada del arte joven argentino. Su carrera se cuenta en meses, desde que la directora del Museo de Arte Moderno, Victoria Noorthoorn, puso el ojo en una de sus obras que se exhibió en la última edición de arteBA hasta hoy, que acaba de inaugurar su primera muestra en ese mismo museo, Un día en la vida.

Todo lo que cuelga en el primero piso del edificio de San Telmo tiene menos de un año de vida. Raúl Flores, a cargo de la mirada federal del museo, fue el encargado de contactar a la artista. Una vez en su taller fue cuestión de una charla para que se convoque a la directora del museo y comenzarán a proyectar la muestra en tiempo récord.

Quintero trabajó tan rápido en las obras que integran la muestra que el curador decidió incluir en las cédulas –los pequeños carteles que acompañan las obras– el día que comenzó y que terminó cada una de las pinturas.

En el conjunto de obras que se exhiben la artista traduce al soporte pictórico sus experiencias en la performance, la vida nocturna y los entornos afectivos y militantes que transita. En el Moderno cuelgan dibujos de gran escala realizados sobre papel negro, que remiten al muralismo; también piezas cuadradas de tamaño medio que evocan al comic.

A la par, en cada microescena que concibe emergen pinceladas que encuentran sus referencias en el impresionismo de Paul Gauguin y el expresionismo de Edvard Munch.

“Necesité explorar el gran formato para estos dibujos. También como una forma de pensar que el dibujo se puede trasladar al gran formato y que esa minuciosidad y ese tratamiento de lo delicado también puede ser tomado con la fuerza y con la potencia que tienen otro tipo de trabajos", explicó la artista.

Quintero pinta con pasteles, tiza y oleo al pastel. Conjuga contrastes intensos y una narrativa coreográfica en permanente vibración. Su técnica se empareja con la danza, esa disciplina que la llevó a la performance – en ARCOmadrid deslumbró al mejor estilo musa almodovariana en la recepción que realizó la coleccionista Dominica Munro en su residencia del barrio La Moraleja – al papel.

“Pensar en esos movimientos de esa forma automática, a medida que está pasando ese dibujo, para mí tienen mucha relación con la forma en la que se improvisa la danza y en escena con el cuerpo teniéndolo presente”, reflexionó durante la recorrida que realizó con la prensa.

Las obras más tempranas que se exhiben ponen el foco en el tratamiento del cuerpo, de la anatomía y de la manera que se vinculan esas figuras. Las más recientes, realizadas durante el verano, parten de escenas que Quintero recolecta en su cabeza sobre, explicó, “las relaciones humanas que me rodean, las grupalidades que armo, la vida queer, la vida de la noche, la vida también del día en relación a esos amores y a las amistades y todas esas formas que tenemos de hacer en colectividad”.

Quintero irrumpe en la escena artística porteña como una artista que no solo produce obra material, sino que su mera presencia genera un hecho estético. La teatralidad que la rodea, su sentido de novedad y de performance encajaba perfecto con la programación 2025 del Moderno, anclada en el teatro y cómo se vinculó con el arte a lo largo de la historia.

Valentina Quintero. Un día en la vida, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (San Juan 350), los lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 y sábados, domingos y feriados de 11 a 20 hasta el 30 de junio.