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Un mapa para recorrer el encanto de la literatura japonesa

Un mapa para recorrer el encanto de la literatura japonesa

El oleaje de la literatura japonesa suena con fuerza renovada en las traducciones recientes de autores, que ya sean más o menos consagrados, provocan el placer de entrar en otra visión de lo real. Es decir, no es solo la literatura de un territorio lejano, sino que sus escrituras encarnan una manera de construir y habitar el cuerpo, los vínculos, el mundo.

Algunos de ellos como Yasunari Kawabata, o los más recientes Banana Yoshimoto y Haruki Murakami hace tiempo circulan con la admiración de sus lectores. Tanto es así que sus obras son un puente hacia otros autores menos conocidos, con una especie de culto secreto por la escritura japonesa.

Retrato, fechado el 17 de octubre de 1968, del escritor japonés Yasunari Kawabata. Archivo Clarín.Retrato, fechado el 17 de octubre de 1968, del escritor japonés Yasunari Kawabata. Archivo Clarín.

Impacto de los clásicos

Con el impacto que solo alcanzan los clásicos, Los años de espera, de la escritora Fumiko Enchi es una de las grandes obras del siglo XX. Y hoy puede leerse en una traducción cristalina, directa del japonés, hecha por Matias Chiappe Ippolito.

La historia sigue la vida de Tomo, un personaje inspirado en la abuela de la autora. Y narra las experiencias de una esposa tradicional de fines del siglo XIX que a través de su estricto sentido de la justicia y una inteligencia minuciosa deja a las vistas el peso de la tradición sobre las mujeres japonesas. Su esposo es un alto funcionario gubernamental y ella está dispuesta a satisfacerlo, incluso cuando eso implica doblegarse.

Un hombre observa cerezos en flor en Tokio (Japón). EFE/Franck Robichon Un hombre observa cerezos en flor en Tokio (Japón). EFE/Franck Robichon

La novela empieza cuando Tomo, luego de años de matrimonio, se ve obligada a buscarle a su marido una concubina, recibirla en su casa, y aceptar la convivencia como algo natural. Por supuesto, no va a ser el único sacrificio que atraviesa, las escenas ahondan en la rutina familiar, en especial, expone los vínculos de poder que se tejen dentro del seno más íntimo, y se proyecta en la sociedad de la época.

La escritura elegante de Enchi captura la complejidad psicológica de los personajes; enlaza la narración con una sensibilidad capaz de descubrir todas las dimensiones de una experiencia atravesada por la rigidez de los mandatos.

Conmovedora y apasionante

El estilo en capas de sentido lleva a pensar en otra autora japonesa contemporánea, la extraordinaria Minae Mizumura que relee la tradición de su país, y la conjuga con los clásicos occidentales para alcanzar historias tan conmovedoras como la apasionante Una novela real.

En ella ahonda en la historia de un amor que trasciende las épocas, las clases, los prejuicios, juega con los puntos de vista en un caleidoscopio de sentidos que toca lo más profundo del espíritu.

En estos días, por cierto, llega la que fuera la primera obra de Mizumura llamada Luz y oscuridad. Una continuación (2025, A.Hache). La escritora tomó el desafío de imaginar un final posible para Luz y oscuridad, la novela que Natsume Sōseki (1867-1916), uno de los novelistas más importante del Japón moderno, dejó inconclusa con su muerte.

La escritora japonesa Minae Mizumura.
Foto: Néstor García, archivo Clarín.La escritora japonesa Minae Mizumura. Foto: Néstor García, archivo Clarín.

En Japón se especuló mucho tiempo acerca de cuál podría ser el final de la destrucción lenta del matrimonio de Tsuda y O-Nobu que narra la historia original. La continuación, que puede leerse de manera independiente, está ambientada en un pueblo de montaña de 1920, al que el protagonista se retiró para recuperarse. Allí se encuentra con su primer amor.

Otra obra maestra que tiene una nueva edición en español es la célebre El castillo de arena, una historia clave del de uno de los grandes autores de la novela negra japonesa, Seicho Matsumoto.

Publicada originalmente en 1961, narra las peripecias del inspector de policía Imanishi que se enfrenta a un caso desconcertante: en una estación de Tokio aparece el cadaver de un hombre con el rostro desfigurado. Así el inspector tiene que dejar sus bonsáis y haikus para adentrarse en el caso. Y luego de semanas de seguir indicios falsos, cierran el caso, solo que él no se resigna e insiste. A través del protagonista y su esposa, Matsumoto muestra el Japón del siglo XX, la gastronomía, el arte, la sociedad y la cultura en un paisaje de pueblos y ciudades.

En voz baja

A ellas se suma Dorayaki, la novela de Durian Sukegawa que parece hablarnos en voz baja, y por primera vez puede leerse en español. A primera vista parece contar una historia menor, basta avanzar en la lectura para descubrir que propone un camino delicado hacia las cuestiones más profundas de la existencia humana.

Sentaro es un hombre solitario que se encarga del negocio de pasteles dorayaki, para pagar con su trabajo una deuda. Todo parece mecánico en ese hacer, hasta que conoce a Tokue, una anciana muy especial que le propone ser su empleada. El encuentro, por supuesto, transforma la vida de Sentaro de un modo paulatino y profundo. Resulta una historia que encarna, con delicadeza, una mirada filosófica capaz de emocionar.

En el género breve, pueden leerse los cuentos perturbadores de Cacería de niños, de la inquietante Taeko Kōno. Son una serie de relatos que retratan detalles perturbadores de la vida cotidiana, con una irreverencia capaz de hablar de los malestares que acarrea el rechazo a la maternidad, la relación con la muerte, la sexualidad fuera de la norma o el trauma infantil. Todos ellos temas que recorren su obra con una crueldad que no admite contemplaciones.

Durian Sukegawa. Archivo Clarín.Durian Sukegawa. Archivo Clarín.

Bosque de bambú

Con autores más secretos, pero igual de significativos la editorial También el Caracol destina la colección “Bosque de bambú” exclusivamente a autores japoneses. Entre ellos, se destacan dos libros de cuentos fundamentales que renovaron la manera de escribir japonesa: La primavera llega en un carro tirado por caballos y Cabezas y vientre, ambos de Riichi Yokomitsu (1898-1947).

El escritor fue maestro de Kawabata, así y todo, todavía se mantiene prácticamente desconocido. Sus relatos hablan de los padecimientos propios, a veces provocados por uno mismo, y también de los ajenos, y al mismo tiempo, expone la fragilidad de un territorio y una cultura en transición al supuesto progreso.

Si bien estos autores no son todos los que hoy circulan en el país, muestran en su conjunto la riqueza de una tradición que contiene una diversidad de voces, de géneros y de estéticas que exceden cualquier preconcepto sobre lo oriental. Al mismo tiempo, encarnan en su lectura la posibilidad extender los límites de nuestra realidad hacia otros modos de habitar llenos de la riqueza de lo desconocido.

Clarin

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