Primer encierro de San Fermín | Los toros de Fuente Ymbro se parten en Santo Domingo y destapan las debilidades de los corredores en este tramo

Los toros de Fuente Ymbro han hecho la guerra por su cuenta en el primer encierro de las fiestas de San Fermín: en buena parte del recorrido han corrido separados, sin buscar la compañía de la manada, del grupo con el que se sienten protegidos. Todo ha comenzado con la caída de dos toros negros en mitad del grupo en Santo Domingo, en una de las zonas más estrechas del encierro. La voltereta de los morlacos ha sido monumental, y se ha encontrado con ellos Tramposo, el único castaño de la manada. Muy mal los mozos en ese momento: uno de ellos ha llamado la atención de uno de los de Fuente Ymbro, que ha estado cerca de cambiar el sentido de la carrera. Citarlo por detrás es una temeridad no sólo para uno mismo, sino que pone en peligro a los otros corredores. Los demás mozos no han hecho amago de tirar de los astados cuesta arriba, se han quedado en el sitio de forma pasiva. Por fortuna, la inercia del encierro ha llevado a los toros a seguir su curso.

Previamente, los cabestros han tenido mucho protagonismo, arrollando a varios mozos por la velocidad de la carrera. Como viene siendo tradicional los últimos años, pocos han visto toro en estas primeras docenas de metros, al menos hasta la ruptura de la carrera.

El paso por la plaza del Ayuntamiento y por Mercaderes ha sido un rosario de toros, de torazos de gran trapío, separados entre sí por unos cuantos metros de adoquines.

A la llegada a la Estafeta, tres toros arropados por cuatro cabestros. Detrás, los otros tres rezagados, pero lanzados al galope, sin riesgo de toro suelto. Ahí es donde ha empezado la guerra entre los corredores más experimentados, los que buscan meterse literalmente entre las astas. Viendo las imágenes en slow motion, todo parece un baile armónico en el que bien podría sonar de fondo música de vals. Pero no, sobre el terreno no había cortesía, ni rastro del compás 3/4 del vals: todo eran empujones, trompazos y mucha violencia provocada por la velocidad.

La llegada al tramo de Telefónica se ha confirmado como una de las más surrealistas del encierro, con numerosos jóvenes en la parte derecha del recorrido empujados, zarandeados o acariciados con fuerza por los pitones astifinos de los de Fuente Ymbro. Cuesta trabajo entender cómo no hay ninguna cornada en ese tramo vistos los alfileres que se gastan los toros gaditanos. Aquí, de nuevo tres toros por delante y otros tres por detrás, con una actitud muy noble y decidida.

La carrera se ha cerrado en dos minutos y 37 segundos y el parte provisional de heridos habla de seis traslados al hospital por contusiones, ninguno de asta de toro.