Hermann Bellinghausen: Ya valieron las recetas

Hermann Bellinghausen
L
os mexicanos nacemos, o nos ponemos, donde se nos pega la rechingada gana, habría declarado Chavela Vargas, esa heroína que tanto queremos. Y por extraño magnetismo mítico-territorial, nuestra movilidad gravita hacia Estados Unidos. Resulta inédito el escenario de persecusión de migrantes, en altísimo número mexicanos, desatado por el régimen trumpiano, de clara supremacía angloblanca, y no sabemos hasta adónde llegará. Violentas aprehensiones multitudinarias, tratos inhumanos, redituable desarrollo de infiernos concentracionarios en su territorio y en países subrogados (o invadidos, como en Guantánamo). La clase trabajadora migrante en Estados Unidos va al infierno. Lo menos malo que puede pasar es que te saquen del trabajo y la vida que tengas allá y te manden al carajo. Si no es México, puede resultar peor.
La distopía nos alcanzó. Apágale a tu Netflix. El gendarme blanco amenaza a las masas en Los Ángeles: los tengo retratados uno por uno, iremos por ustedes a sus casas, dijo Big Brother desde un helicóptero rodeado de drones, aunque pensaba a sus nidos de ratas
. Esta hipervigilancia punitiva remeda la que venían padeciendo los palestinos Intifada tras Intifada, aunque las experiencias y la cuestión territorial sean distintas. Ya no somos el laboratorio del futuro, sólo su marketing. ¿Sabían ustedes que la permanente masacre de Gaza es en realidad una gran Feria de Armas de Última Generación donde los fabricantes del Primer Mundo prueban sus novedades letales in the field, y así se anuncian en el mercado: probado en Gaza
?
Se nos agotaron las recetas retóricas, las razones supremas, la historia como profecía, su repetición como comedia, etcétera. De tanto servir a todos, el Holocausto judío dejó de servir y hoy se revierte con una horrenda promesa de Hiroshima en Teherán. El poder militar y nuclear más desafiante del planeta se pasa las leyes civilizadas por el arco de abajo y pone al mundo de rodillas. De un lado la genuflexión es de los gobiernos de naciones ricas, y blancas, como Israel, y no tan ricas tipo Argentina, en redituables rendición, respaldo y pleitesía. Nunca en la historia el chantaje de un solo Estado logró tanto en tan poco tiempo. Qué sería de Israel si Europa no hubiera tolerado a los nazis. Del otro lado se arrodillan los palestinos y sus muchas consecuencias en Líbano, Siria, Jordania e Irak. Al extremo de la cuerda, Irán, indescifrable y temible. Pum, pum.
La historia no se repite. Esa es una mistificación recurrente, digerible y contagiosa. Hoy nunca es ayer, lo que vemos en el Oriente próximo, en Estados Unidos y en Europa configura una nueva monstruosidad histórica para la que no estamos política ni mentalmente preparados. Nos rodean grandes mentiras decisivas. Trump no es democracia ni habrá regreso a una grandeza perdida que nunca fue. Israel no es el pueblo judío
, sino la construcción moderna, castrense y supremacista del sionismo, con una determinación aún más inflexible y cruel que la vieja payasada del ario puro
. Su vocación es el Armagedón para los otros. El fondo de su doctrina vital es crecer y crecer, matar y matar. Hasta morir. Pum.
A nuestros ojos en tiempo real se están rehaciendo los mapas. Cambia el significado de palabras que perezosamente dábamos por descontadas: fascismo, sionismo, comunismo
(en voz de Trump), democracia, soberanía, igualdad. Cualquier sur
es invadible, sea Groenlandia, Panamá o Cisjordania. Después de Gaza y Los Ángeles se desvanecen los derechos, empezando por el internacional. Y los derechos humanos, ambientales, migratorios, laborales, territoriales. En tanto, se desenvuelven otros escenarios bélicos nucleares que no ocurren en otro planeta: la guerra de Rusia y Ucrania, el picudeo nuclear entre India y Pakistán.
Entre la información y la basura informativa no hallamos modo de pensar, actuar y tener alguna eficacia. Más vacuos e impotentes no podían ser los llamados a la paz del papa gringo, el secretario general de Naciones Unidas o el aguado y perverso Parlamento Europeo. Los autócratas se ofrecen como negociadores (Putin, Erdogan) donde Europa democrática
tiene las manos machucadas. El mundo del revés. La hipocresía manda mientras las naciones capitalistas y su armada invencible de mineras, bancos y marcas se benefician pertrechando a su creatura israelí, que miren cuánto ha crecido y embarnecido. Todos cobijaron al israelismo en Occidente (documental recomendado: https://www.youtube.com/watch?v=Iq6J7Q6L0yw) y a su intocable teocracia militar.
Necesitamos desmontar las explicaciones cómodas, dejar atrás símiles improbables, hermosas frases de poetas y filósofos fuera de contexto que hemos usado de muletas. El pasado enseña, sí, pero no se repite. Y nada garantiza que la humanidad escarmiente. Rara vez lo hace. Ya diremos se veía venir
, pero en un mundo nuclear, de inteligencia artificial, hiperconectado y omnivigilado no enfrentamos una mera suma de elementos. Son grandes las posibilidades de una concatenación imprevisible de eventos distantes que deje pálida a la pobre mariposa de la teoría del caos.
jornada