Hepatitis de la A a la E: una vieja enfermedad que aún representa un alto riesgo para la salud

“Se han ido conociendo con el tiempo. Por ejemplo, la hepatitis B fue identificada en los años 60 y 70, y la hepatitis C recién en 1989 o 1990. Son patologías que persisten y, de hecho, en este momento hay un repunte de hepatitis A”, afirmó el experto.
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La hepatitis es una inflamación del hígado y en la mayoría de los casos es provocada por un virus. Las hepatitis virales son causadas más frecuentemente por los virus de hepatitis A, B y C. Pero existen 5 tipos en total, ya que también se identifican la D y la E, menos frecuentes.
“La hepatitis viral sigue siendo una amenaza silenciosa para millones de personas en las Américas y el mundo. Aunque existen vacunas seguras, tratamientos eficaces e incluso cura para algunos tipos, cada 30 segundos a nivel mundial una persona muere por complicaciones relacionadas con hepatitis crónica, incluyendo la cirrosis y el cáncer de hígado”, alertó la entidad en el marco del Día Mundial contra la Hepatitis, que es hoy.
Y apuntó un dato preocupante: “Si no se toman medidas urgentes, se estima que para 2040 la hepatitis viral causará más muertes al año en el mundo que la malaria, la tuberculosis y el VIH/sida combinados”. Para generar conciencia en este día, propuso la campaña “De la A a la E: todo lo que tenes que saber”, que puso a disposición información detallada en sus redes sociales.
Cada una causada por un virus distinto, lo que implica diferencias en su forma de transmisión, evolución, tratamiento y gravedad. Muchas personas infectadas no presentan síntomas hasta etapas avanzadas.
Las variantes B y C son las más peligrosas, ya que pueden causar infecciones crónicas que derivan en cirrosis, cáncer de hígado y, en muchos casos, la muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 325 millones de personas viven con hepatitis B y/o C, aunque la mayoría no accede a diagnóstico ni tratamiento.
Respecto a las formas de contagio, el médico recordó que el virus de hepatitis A se transmite por vía fecal-oral, mientras que los virus B, C y D se contagian por vía sanguínea o sexual, como el VIH. “La hepatitis D, afortunadamente, no circula en Mendoza. Solo aparece en personas que ya tienen hepatitis B. En cuanto a la hepatitis C, hay circulación y es clave detectarla temprano, porque muchos portadores no lo saben.”
La hepatitis E, en cambio, no representa una preocupación significativa. “No es frecuente, es difícil de diagnosticar, y solo se sospecha en casos de hepatitis de causa desconocida, sobre todo en mujeres embarazadas”, aclaró. Aunque suele ser leve, puede causar insuficiencia hepática aguda.
Aumento de la Hepatitis AEl 19 de febrero, el Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta por hepatitis A en el país. “Ante el incremento de casos confirmados de hepatitis A en menores de 20 años y una mayor afectación en varones de 20 a 39 años, en un contexto de cambio en el perfil epidemiológico de la enfermedad, el Ministerio de Salud enfatiza la importancia de fortalecer las medidas de prevención, con especial foco en la vacunación y la notificación oportuna de casos”, remarcó el área.
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En el país, “pasamos de tener entre 20 y 25 casos anuales a más de 60 en poco tiempo. Esto encendió una alerta, sobre todo porque la mayoría de los nuevos casos son en personas mayores de 20 años, es decir, que no están vacunadas”, explicó el médico.
Consultado sobre la situación en Mendoza, aclaró: “Está más tranquila, pero hay subregistro. Detectamos lo que llega al sistema público, pero muchas personas se atienden por privado y eso no siempre se reporta. Por eso hacemos campañas de detección gratuita”.
Detalló que para testarse, se puede asistir al área de trasplante hepático del Hospital Central de Mendoza. “Es una gota de sangre del dedo y el resultado está en minutos. No se necesita turno previo”, informó.
Vacunas contra la hepatitis“Lo que nos preocupa a los infectólogos, es el incremento en enfermedades que son inmunoprevenibles, es decir, prevenibles con vacunas, y esto va desde el sarampión a la hepatitis A”, expresó la doctora Elena Obieta, referente de la Sociedad de Infectología.
La Asociación Civil Buena Vida llamó a testearse, vacunarse y a que aquellos que ya tienen diagnóstico vuelvan al sistema de salud para eliminar las hepatitis virales en Argentina. Las hepatitis pueden no presentar síntomas durante años, pero, cuando estos aparecen, suele ser porque el daño hepático ya es significativo. Por eso, es esencial testearse a tiempo.
Remarcan que todos los adultos, al menos una vez en la vida, deben testearse contra las hepatitis virales.
Más del 1% de los argentinos está afectado de hepatitis C

“El primer paso, es saber si uno tiene hepatitis. Hacerse el test para la hepatitis B o C es rápido y gratuito en hospitales públicos y centros de salud o en el marco de campañas abiertas a la comunidad. Si el resultado da positivo, no hay que paralizarse: la hepatitis B se controla adecuadamente con tratamiento y la hepatitis C, con las terapias modernas -que están cubiertas al 100% tanto por el Estado como por las Obras Sociales y prepagas- se cura más del 95% de los casos en pocas semanas” , afirmaron desde Buena Vida.
Las vacunas contra la A y la B son seguras, gratuitas y están incluidas en el calendario nacional. Es necesario que las personas se vacunen y cumplan con el esquema completo. En el esquema público, solo del 20 al 30% completa las tres dosis contra la hepatitis B, detallaron desde la organización.
La hepatitis C no tiene vacuna, pero se puede curar con tratamientos disponibles.
Cuándo y dónde vacunarseLa vacunación universal en Argentina se implementó en 2001 para hepatitis B y en 2007 para hepatitis A, pero muchas personas adultas aún no han recibido esas dosis. “Todo el que nació antes de esas fechas probablemente no esté vacunado y debería hacerlo. Para la hepatitis B, cualquier persona puede acercarse a un hospital o centro de salud y vacunarse sin necesidad de orden médica”, recordó Pérez Ravier.
En cambio, para la hepatitis A, la vacunación no es de libre demanda: “Solo se aplica con indicación médica y en grupos de riesgo, como personas con enfermedades hepáticas crónicas o hombres que tienen sexo con hombres. Ante un brote, estos grupos pueden acceder a la vacuna de manera gratuita en centros oficiales”, detalló Pérez Ravier.
Frente a la consulta sobre si cualquier persona puede optar por vacunarse por precaución, Pérez Ravier explicó: “Si venís al consultorio y me decís ‘me quiero vacunar contra la hepatitis A’, yo primero te hago un análisis de anticuerpos. Muchas personas adultas ya han estado en contacto con el virus en la infancia sin saberlo, y tienen inmunidad natural”.
El mensaje final es claro: la hepatitis sigue siendo un problema de salud pública, aunque evitable. “Con vacunas gratuitas y accesibles, y campañas de detección, podemos reducir la carga de estas enfermedades. Pero hay que saber que todavía hay muchas personas que no saben que están infectadas”, concluyó el especialista.
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