Hallazgo de un panel tallado en Calakmul replantearía la idea de la extensión del sitio

Hallazgo de un panel tallado en Calakmul replantearía la idea de la extensión del sitio
La pieza fue usada por los antiguos mayas como material de construcción del muro en un reservorio de agua
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La JornadaJueves 19 de junio de 2025, p. 2
Hace tres días fue descubierto un panel tallado en una laja de piedra caliza en la zona arqueológica de Calakmul, Campeche, que representa a un hombre probablemente cautivo. Este descubrimiento podría hacer que se replantee la idea de la extensión del sitio y de lo que eran las áreas urbanas en el mundo maya, informó a La Jornada Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH en esa entidad.
En entrevista, la arqueóloga mencionó que la pieza tiene casi 1.20 metros de largo por unos 50 centímetros de ancho y formaba parte de un proyecto escultórico mayor que no se sabe dónde estaba originalmente, pero fue usado por los antiguos mayas como material de construcción del muro de un reservorio de agua.
Kathryn Reese-Taylor, quien encabeza el Proyecto Arqueológico Bajo Laberinto, detalló a este diario las investigaciones en la pared referida, que incluye paneles de cautivos (de donde proviene la pieza encontrada) y hasta el momento se fechó entre los siglos VII y VIII dC.
Calakmul significa en maya dos montículos adyacentes
, en referencia a las majestuosas estructuras que dominan la selva. Aunque fue descubierta a principios de los años 30 del siglo pasado, hasta las investigaciones sistemáticas de la década de los 80 se le entendió como una de las capitales del Clásico Maya, entre los siglos III y X de nuestra era.
La urbe, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, mantuvo por casi un siglo de historia una gran rivalidad política con Tikal y diversos estudios jeroglíficos registraron la historia de guerras entre ambas.
Adriana Velázquez explicó que se está haciendo el registro y la limpieza inicial de la pieza encontrada. Añadió que este hallazgo fortalece el conocimiento de este proyecto iconográfico de los cautivos, que se ha venido investigando desde el año pasado
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Lo definió como un panel que corresponde quizá a un muro que no saben los arqueólogos dónde estaba exactamente, pero era un programa iconográfico muy grande
, el cual es muy posible que registrara contiendas bélicas y a Calakmul como una gran entidad política que tuvo una enorme influencia en amplias regiones”.
En el monolito se han identificado glifos posiblemente de lugares y nombres de los personajes prisioneros. “Puede asociarse con diferentes enfrentamientos. Hubo una guerra entre Calakmul y Dzibanché, entre la misma familia de los Kaanu’l, también alguna con Tikal. Lo que sigue es que los investigadores traten de asociar estos hallazgos con eventos específicos”.
Velázquez Morlet hizo hincapié en que la pieza y otras que se están investigando pueden añadir información a lo que se sabe de Calakmul y ciudades como Olvidado, Pared de los Reyes, Yaxnocah, Laberinto y Taxil, que conformaban un enorme complejo urbano. Esto nos obligaría a replantearnos la idea sobre qué es un sitio arqueológico limitado, debido a que es un continuo de estructuras muy grande, el cual se ha ido identificando a través de los estudios de imágenes Lidar
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▲ La laja de piedra caliza representa a un hombre probablemente cautivo y formaba parte de un proyecto escultórico mayor que no se sabe dónde estaba originalmente.Foto cortesía del INAH
La pieza se asocia con la conmemoración y la ostentación del poder de la dinastía gobernante Kaanu’l, a la vez parte de un muro muy grande que festeja las victorias militares sobre una población todavía desconocida en la época en que Calakmul habría sido quizá la ciudad más grande y poderosa de toda el área maya.
Pérdida de valor simbólico
La arqueóloga comentó que haberla encontrada en las excavaciones de una construcción posterior representa que dejaron de tener importancia, ya que los paneles fueron usados nada más como un material de construcción, ya sin valor simbólico
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Kathryn Reese-Taylor refirió que el Proyecto Arqueológico Bajo Laberinto ha identificado varios paneles ubicados en una posición visible “en el agua, debajo de arcilla, lodo, y eran ya parte de una construcción. No recuerdan la victoria de los Kaanu’l, no mostraban su importancia; no tienen el mismo valor en esta época que la que tenían durante el Clásico tardío”.
En estas piedras se ven cautivos: tienen manos atadas, el pelo sin tocado y están casi desnudos. Se les aprecia en posiciones incómodas, con cuellos torcidos. En los estelas los reyes tienen sus ropajes, posiciones muy elegantes. Los cautivos no, tienen posiciones humilladas
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Conjeturó que estos muros fueron muy interesantes en su lugar. Como elemento arquitectónico pienso en el centro del sitio, quizá en la Gran Acrópolis de Calakmul. Estamos buscando dónde estaban. Cada año tenemos más sobre esta narrativa de una contienda muy importante
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Reese-Taylor previó que tras el análisis de especialistas, como el arqueólogo y antropólogo Félix Kupprat, de la Universidad Nacional Autónoma de México, “vamos a saber quién fue el rey durante esta guerra. Estamos en el campo todavía y no tuvimos tiempo para investigar mucho. Yo vi por primera vez el panal limpio hoy (ayer). Parece una gran narración de una guerra muy relevante. Creemos que era una guerra entre los Kaanu’l y alguien más, pero no podemos confirmar cuál era el adversario”.
El arqueólogo Armando Anaya, quien codirige el proyecto que reúne a las universidades de Calgary, Autónoma de Campeche y Nacional Autónoma de México, así como al Instituto Nacional de Antropología e Historia, concordó en que es muy probable que las piedras talladas hayan salido de alguno de los palacios donde fueron exhibidos de manera original, en fecha más temprana. Fueron reutilizados hacia el Clásico tardío
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A 15 años de su partida, todas las facetas de Monsiváis aún fascinan
Analizó la realidad política con certeza y tenía una gran noción sobre la vida nocturna de la CDMX

▲ La obra de Carlos Monsiváis continúa siendo pertinente y centro de atención de especialistas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.Foto Rogelio Cuéllar
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La JornadaJueves 19 de junio de 2025, p. 3
El escritor Carlos Monsiváis, de quien hoy se cumplen 15 años de su fallecimiento, es fascinante por sus múltiples facetas y porque siempre iba más allá de lo que se pudiera decir de él, mencionó la narradora y periodista Elena Poniatowska.
La autora recomendó la lectura de toda la obra de Monsiváis (1938-2010), pues, explicó a La Jornada, el cronista ha sido el intelectual más cercano a las luchas populares y una persona que tenía mayor capacidad de ser universal desde la calle de San Simón, donde vivía una vida estricta
.
Relató que ejerció un análisis certero de la realidad política y social, además de tener un gran conocimiento de la vida nocturna de la Ciudad de México. Monsiváis es un referente muy grande y muchísima gente sigue leyéndolo. En la Universidad Nacional Autónoma de México continúan su lectura
. Por ejemplo, estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras dijeron que su obra continúa siendo pertinente y centro de la atención de especialistas, uno de ellos incluso consideró que sus textos están encaminados a ser de culto
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La colaboradora de este diario agregó que el análisis de la masacre del 2 de octubre, que el cronista plasmó en El 68, la tradición de la resistencia, es esencial en la vida del país
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La autora de La noche de Tlatelolco dijo que fue un analista muy certero de la realidad mexicana y sus juicios eran muy válidos, un poco consejos o guías para seguir. Estaba más empapado que otros analistas de lo que pasaría. Para saber hablar de la realidad del país había que consultar y leer a Monsiváis, y seguirlo
.
El intelectual se escapaba de todo lo que se podía decir sobre él: iba más allá. Hay gente que superaba a su destino y Monsiváis fue uno de ellos
, sentenció la narradora.
Poniatowska presentó ayer en el Palacio de Bellas Artes Nostalgia de Monsiváis, antología de textos de amigos y colegas dedicados al cronista, publicada por Siglo XXI Editores.
Entre los más de 50 libros publicados por el cronista, destacan Días de guardar (1971), Amor perdido (1977), Nuevo catecismo para indios remisos (1982), Escenas de pudor y liviandad (1988), Los rituales del caos (1995) y Aires de familia: Cultura y sociedad en América Latina (2000). Algunos títulos todavía están en existencia en casas editoriales como Era y Penguin Random House.
Javier Aranda Luna reflexionó que ahora que Monsiváis se ha convertido en ícono del santoral laico oficial, convendría leerlo. Ayudaría para saber si el nuevo catecismo que se aplica en su nombre valida hechos concretos de la vida nacional. Su marco de valores, su militancia primero y posteriormente su activismo sin mordaza y sin anteojeras lo convirtieron en una brújula moral
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El cronista “creyó en lo que hoy se desdeña: ‘democratizar las conquistas del elitismo (de ningún modo una mala palabra en mi vocabulario cultural)’ convencido de sus aportaciones. Criticó los ‘presupuestos menguados’, los ‘proyectos inconvenientes’ y las ‘confusiones teóricas en lo tocante al populismo y el elitismo’”, mencionó el escritor.
Aranda propuso dos libros para leer al “barroco Carlos Monsiváis: El nuevo catecismo para indios remisos, unas fábulas que, más que moralejas, nos permiten participar de una imaginación desbordante llena de sentido del humor, y Las leyes del querer, una estupenda crónica dedicada a Pedro Infante y la cultura popular para que podamos decir por la ausencia de Monsiváis como Chachita en Nosotros los pobres: ‘ahora ya tengo un tumba donde llorar’”.
El periodista y poeta Hermann Bellinghausen dijo que merece ser recordado el magisterio cotidiano de Monsiváis, “su ejercicio democrático de historia mexicana, literatura, crítica de arte, crónica política, social y farandulera. Hizo periodismo cultural a la altura de José Emilio Pacheco y, como él, fue historiador de lo público y divulgador de secretos intelectuales. Sobre todo, nos enseñó a leer la realidad con inteligencia, humor e ironía.
Ambos se unieron voluntaria y brillantemente a la tradición de los cronistas y escritores cívicos del juarismo, el modernismo y la modernidad, en la cual crecieron hacia mitades del siglo XX. Con algo de jacobino, supo defender los derechos de las minorías y animó nuevos aires de inclusión y respeto a la diversidad. Animó el debate público.
El narrador reseñó que un problema
de la obra de Monsiváis es que “se afincó en la actualidad fugaz. Su lectura chocarrera de la prensa y las declaraciones de políticos y caciques lo emparenta con el vienés Karl Kraus. Su columna vitalicia Por mi Madre Bohemios…, en extremo fechada por naturaleza, algún día se leerá como la bitácora de otro siglo, heredera de Salvador Novo”.
Bellinghausen comentó que fue un autor “tan abundante y diseminado, a quien sus libros si acaso antologan, demanda tareas de rescate. Habrá que buscarlo hasta en el Tele Guía, Chanoc, Fantomas y La Familia Burrón”.
El próximo lunes, a las 17 horas, se realizará el homenaje Recordando a Carlos Monsiváis, con la participación del narrador y ensayista Adolfo Castañón. Será transmitido en las páginas de Facebook de la Coordinación Nacional de Literatura y de la Capilla Alfonsina.
La UAM-Azcapotzalco realizará hasta el sábado las Jornadas Monsivadianas en torno a la vida y obra del cronista. Los detalles de las actividades se pueden consultar en sus redes sociales (Facebook y X).
jornada